Torremolinos

Torremolinos nació con el agua

La historia de Torremolinos está íntimamente ligada al agua, gracias a los manantiales de los que brota agua pura

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Agua en Torremolinos.

Molino del Trigo.

  • Los manantiales dieron el motor económico a la localidad en sus inicios, antes de que fuese conocida por el turismo
  • El rey Alfonso XIII visitó los manantiales en 1926 y bebió agua de ellos
  • El primer molino del que se tiene constancia es el de la Plana, en 1600, que era de los Plana Collado y se utilizaba para la industria del papel

Se dice que el agua es vida y, para Torremolinos, esto no puede ser más cierto. La historia de esta localidad malagueña ha estado íntimamente ligada, desde sus inicios, a esta fuente natural de vida

Según el arqueólogo torremolinense Miguel Vila, la formación geológica sobre la que se asienta este municipio es la que lo define y caracteriza. “Se trata del travertino que, generoso en sus formas, brinda un balcón al mar, generando un mirador en varios niveles o terrazas, predominando en belleza el morro o punta de Torremolinos”. Precisamente, esta formación rocosa presenta numerosas galerías por donde el agua se fue abriendo paso.

Sin embargo, lo que le da valor son sus manantiales. A través de ellos “surge la vida, que riega campos y produce la fuerza para mover los molinos que siempre han girado en estas tierras”, explica Vila.

Algunos autores creen que los primeros molinos fueron instalados por los árabes.Sin embargo, en 1432 fueron destruidos por Gómez de Ribera, según relata Luis Seco de Lucena en su obra ‘Muhammad IX, sultán de Granada’. En el año 1489, Málaga fue reconquistada por los Reyes Católicos y Torremolinos, conocido como el lugar de ‘la torre de los molinos’, pasó a pertenecer a Málaga.

Un dato curioso de la historia de este municipio es que el padrón de 1769 reflejaba la dependencia de Torremolinos como barriada de Churriana. Este documento cifrba la población en 106 vecinos, casi todos inscritos en los molinos y sus sectores: Molino del Inca, 7; del Moro, 9; Malleo, 4; Castillo de Torremolinos, 16; del Molino del Castillo, 4; Molino de la Torre, 16; de la Bóveda, 2; Molino Nuevo, 4; Molino de la Cruz, 22, y Molino de La Nogalera, 22.

No se sabe a ciencia cierta cuántos molinos funcionaron en Torremolinos, pero el primero de ellos, el Molino de la Plana del año 1600,  pertenecía a la familia de la Plana Collado. Se trataba de un molino para la industria del papel.

Además, el 13 de febrero de 1926, el rey Alfonso XIII visitó el Molino de Inca, con motivo de las obras que se realizaban en aquel momento para la traída de aguas a Málaga y arreglo de canalización y tuberías. El rey bebió de sus aguas y por eso, hoy en día, se le conoce como el Albercón del Rey.

Cabe destacar que  el agua que movía en aquellos años los molinos levantados en las márgenes del cauce local, el famoso Cau, fluía de los manantiales de La Cueva e Inca. Así, con sus saltos de altura, proporcionaba la fuerza motriz para mover los molones que trituraban el grano.

En el año 2003, el Ayuntamiento de Torremolinos recuperó el Molino de Inca y lo abrió al público. Todo aquel que se acerque a visitarlo podrá un jardín botánico, de 40.000 metros cuadrados,  y una docena de aves diferentes. También existe una réplica del viejo Molino de Inca, que funciona gracias a un complejo sistema que aprovecha la trayectoria del agua.

Los molinos fueron el origen del motor económico de Torremolinos. Sin embargo, con el paso del tiempo, se descrubrieron más bondades de este municipio y comenzó el boom turístico. “Ya no es un pueblo que se desarrolla desde la montaña hasta el mar”, escribe Miguel Vila. El mar ahora es la vida de Torremolinos. Agua antes y agua ahora.

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