El interventor sabía desde 2003 que existía un descuadre y no hizo nada

Cuando lo hizo en 2008 se demostró que de haberlo solucionado antes se hubiera sabido que cada año que pasaba faltaba más dinero.

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  • El interventor municipal. -
El interventor municipal, José Antonio López Fernández, conocía el descuadre en las cuentas municipales que iba arrastrándose desde el año 2003, pero no resolvió el problema hasta el año 2008 aun siendo parte de sus obligaciones hacerlo. No obstante, confió en la labor de los cajeros y lo pospuso durante cinco años al considerar que no sobrepasaba el 2 por ciento del movimiento económico del Ayuntamiento.

El informe de la Policía Nacional sobre el robo de la Caja municipal denunciado por el interventor y la tesorera el 1 de abril de 2009 dejaba meridianamente claro que si los responsables técnicos y políticos de los dineros de todos los contribuyentes hubieran hecho los controles pertinentes y obligados, el robo de 7,9 millones de euros no se hubiera producido o se hubiera descubierto mucho antes. O por ende, hubiera sido de menor cuantía.

Esa es una conclusión a tener en cuenta y que en contra de lo ocurrido con el informe de la Cámara de Cuentas de Andalucía, que fue tachado por el alcalde, Manuel María de Bernardo y por sus socios del Partido Popular en el Gobierno, además de por el presidente provincial del PP y ahora candidato a la Alcaldía, José Loaiza, de contener tintes políticos, ha sido un informe no cuestionado por nadie.

La otra conclusión, que salió a la luz pública el mismo día 1 de abril a través de este periódico -todavía con los dos cajeros prestando declaración- es que en la Caja municipal existía un desfase de siete millones de euros desde “hacía años”, que luego se dató en 2003 y que era el que hacía que el dinero pareciera que se había perdido pero que en realidad era la consecuencia de no haber puesto en orden las cuentas e ir arrastrando esa irregularidad manifiesta y manifestada.

Sobre este particular, hay que destacar que tanto los dos ex cajeros, Clemente Ruiz García y María José Lebrero de Celis, como el resto de los funcionarios adscritos a Tesorería, manifestaron lo mismo ante la jueza del caso, con exactitud en el caso de los dos primeros o por tener constancia indirecta sus compañeros.

El retraso
Esta circunstancia es consustancial con la primera, la falta de control por parte de los responsables técnicos y políticos que propició el robo. Y ahora se une el hecho de que si el interventor hubiera hecho su trabajo cuando le tocaba,el descuadre contable que en buena parte pudo haber propiciado también la salida de dinero de la Caja no hubiera sido un elemento a añadir al presunto cajón de sastre en que se había convertido el departamento.

Ese descuadre es el que motivaba que las cifras de valores consignadas desde el año 2003 fueran siempre incorrectas, aunque la regulación cinco años después permitió comprobar que los ingresos registrados en la Caja eran siempre en dinero en efectivo y no en valores como afirmaron siempre los cajeros municipales y dicen que el propio interventor.

Eso era lo que obligaba a utilizar las hojas de caja para consignar los datos de los arqueos extraordinarios, con la contabilización física del dinero. No obstante y en tanto se terminaba el trabajo pendiente de normalización del descuadre y depuración de los valores, se daban por buenas, año tras año, las cifras sobre el efectivo y los valores, aunque fueran tan dispares al estar la contabilidad atrasada.

Retraso determinante
La conclusión que se extrae es que ese retraso en la normalización de las cuentas pudo ser determinante al menos hasta 2008 si el robo comenzó a producirse a partir de 2003, como indican los dos informes y el del propio Ayuntamiento. Y como decía el informe de la Policía Nacional, si tal desbarajuste no hubiera existido, se hubiera descubierto antes o ni siquiera se hubiera producido el robo del dinero.

Hay que recordar, además, que el actual interventor, José Antonio López Fernández, ocupó el puesto de tesorero municipal hasta el mes de abril de 2006, cuando accedió al cargo actual pasando a ocupar sus funciones María de las Virtudes Gómez Montero poco tiempo después, concretamente el 22 de mayo de ese mismo año.

Como consecuencia de esa situación, los arqueos que se hicieron desde el 14 de junio de 2003, cuando cambió la Corporación municipal todavía con Antonio Moreno Olmedo como alcalde, arrojaba un saldo efectivo en Caja de 85.614,53 euros y una cifra de valores de 6,4 millones de euros.

Tras ese arqueo de junio de 2003, con carácter extraordinario, tienen lugar los arqueos preceptivos de finales de año, tanto en 2003 como en 2004 y el siguiente arqueo extraordinario es el del 27 de enero de 2007, cuando toma posesión Manuel María de Bernardo en sustitución de Antonio Moreno.

En ese arqueo, curiosamente y posiblemente por los problemas de descuadre, se consigna como cifra de metálico de la Caja el saldo de la contabilidad, el ordinal 001o Caja de Efectivo, con un total de 1.258.646 euros, mientras que los valores, por un total de 5.814.145 euros, se obtienen de la hoja auxiliar de arqueo.

El arqueo ordinario de diciembre de 2005 consigna de nuevo como cifra en metálico la del ordinal 001, que no contiene valores e incluso el arqueo extraordinario que se realiza el 24 de abril de 2006 por el cambio de interventor se hace de la misma forma, consignándose el ordinal 001 por importe de 3.010.726 euros.

Lo mismo ocurre con el arqueo ordinario de diciembre de 2006 mientras que el extraordinario del 23 de mayo de 2006, con motivo de la toma de posesión de la nueva tesorera, recoge las cifras facilitadas en la hoja de caja del mismo día. Se consigna como metálico 6.270 euros y como valores, 3,1 millones de euros.

De la misma forma, el arqueo extraordinario del 16 de junio de 2007, cuando toma posesión la nueva Corporación actual, se hace únicamente con los datos del metálico de la Caja, sin incluir la cifra de valores -en este caso no estaba la tesorera al estar de baja- y el de diciembre de 2007, también con la cifra del ordinal 001.

Y llegó la Cámara
Ahí, en la fecha del 2008, cuando el interventor terminó de hacer el trabajo que había pospuesto por la confianza en los cajeros y porque las diferencias no sobrepasaban el 2 por ciento del movimiento económico del Ayuntamiento, está la madre del cordero y el resto del rebaño.

No fue hasta principios de 2009 cuando se dieron cuenta de que el saldo del ordinal 001 o Caja de Metálico no contenía valores, sino únicamente el dinero en efectivo. Como decíamos, con cinco años de retraso.

No consideró “prioritario” poner orden en la Caja
Entre las obligaciones del interventor municipal están las de actualizar la contabilidad -lo que no se hizo entre 2003 y 2008 por no considerarlo “prioritario”, por la confianza que tenía en los cajeros y porque el descuadre no sobrepasaba el 2 por ciento del movimiento económico del Ayuntamiento-; el establecimiento de un sistema ordenado y estructurado de fiscalización y la elaboración de un plan económico financiero de reequilibrio de la entidad.

La custodia del dinero, en tanto, era responsabilidad de los dos cajeros por acuerdos plenarios de 1999, 2000 y 2002 y por decreto de Alcaldía de 28 de septiembre de 1999. Por ese decreto se adscriben los dos funcionarios -uno de ellos en prisión preventiva en Puerto II y la otra en libertad con cargos- al puesto de cajeros.

Entre las funciones de estos dos últimos están las de realizar cobros y pagos en metálico y hacer arqueos de Caja y la impresión y separación de cuadre de caja diario. Esa función es importante reseñarla por cuanto las hojas de caja se han convertido en uno de los elementos más controvertidos en todo el caso y que de acuerdo con las funciones de los dos funcionarios imputados, tiene carácter de documento oficial del Ayuntamiento. Con todo lo que pueda implicar el que sus datos no se ajusten a la realidad.

Se hacían arqueos pero nunca con la meticulosidad mínima
La ausencia de arqueos meticulosos, tanto ordinarios como extraordinarios, es algo manifestado por los propios responsables de hacerlos, cada uno con sus funciones correspondientes y, obviamente, con su grado de responsabilidad en el buen funcionamiento de la Delegación de Economía y Hacienda.

Las declaraciones de los involucrados coinciden en que no se hacía ningún tipo de comprobación cada cierto tiempo para ver si las cuentas eran correctas y concordaban con el dinero de la Caja.

En el área en cuestión lo que se hacía diariamente era un acta de arqueo, pero no se realizaba arqueo propiamente dicho de lo pagado y lo cobrado, por lo que posteriormente no se realizaba ningún tipo de comprobación sobre si el dinero que debe haber en la Caja concuerda con las entradas y salidas que se realizan a lo largo del día.

Cabe recordar que hasta en el extraordinario de junio de 2007, el del cambio de la Corporación, tan sólo se tomó como referencia el dinero que había en la Caja, pero no los valores, de ahí también los saltos en las cifras entre arqueos que han venido siendo denunciados por los socialistas. Esto es, que todo dependía de cómo se hiciera el arqueo, qué datos se contabilizaran y además, con la certeza de que los números eran incorrectos por cuanto el descuadre que se arrastraba en las cuentas desde 2003 no se solucionó hasta 2008.

El propio ex alcalde Antonio Moreno, antes de su marcha, supo que había un descuadre en las cuentas, según dijo a un medio de comunicación, pero no se le dio importancia. Cuando se le dio, se comprobó lo que todo el mundo sabe.

Clemente Ruiz cifró en 2003 el desbarajuste en un millón de euros
En descuadre en las cuentas municipales desde el año 2003 está incluso cuantificado, aunque en este caso quien lo cuantifica es el ex cajero imputado y actualmente en prisión preventiva, Clemente Ruiz García. Según éste, en el año en que comenzó todo pusieron en conocimiento de sus superiores que existía un descuadre de un millón de euros, a lo que el entonces tesorero y ahora interventor pudo haber declarado que esa suma no sería líquida y que se habría imputado a valores.

En ese punto, en el de la pasividad del interventor al comunicársele esa circunstancia, siempre han coincidido los dos ex cajeros al manifestar José Antonio López Fernández que continuasen con su función en la Caja con toda normalidad.

No obstante, ese descuadre fue aumentando, como no sólo atestiguan los cajeros sino el propio Ayuntamiento a través de las alegaciones presentadas al demoledor informe de la Cámara de Cuentas, siempre sin que se hiciera nada para corregirlo y achacándolo a que se estaban imputando contablemente valores.

Ese aumento, además, con la particularidad de que finalmente, en tales alegaciones, ya no se habla de valores que pudieran ser imputados sino que se reconoce se trata de dinero en efectivo que han ido desapareciendo hasta llegar a los 7.354.260,96 euros entre los ejercicios 2004 a 2008, y de 437.033,91 euros en el período 1 de enero a 1 de abril de 2009.

Las llaves
El otro problema que se presenta en todo este espinoso asunto es el de las llaves, quiénes tenían acceso a la sala de Tesorería y quién al cajetín y a la Caja municipal. Ahí coinciden todos los que declararon ante la Policía y ante la jueza en que eran los ex cajeros los que tenían conocimiento del lugar en que se guardaba la única copia de llaves que al parecer existía de la Caja, aunque de las oficinas sí tenían llaves las cinco personas que trabajaban en ella más la tesorera.

Finalmente, existe otra cuestión por dilucidar que este periódico no ha podido comprobar y es si tal descuadre contable que en buena parte pudo propiciar la desaparición del dinero, era del dominio de los políticos municipales -en todo o en parte- o no había salido de la zona de los técnicos. Sólo se sabe lo que ya se ha dicho que dijo Antonio Moreno a un medio de comunicación, que le dijeron que existía un descuadre de poca cantidad.

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