Patio de monipodio

Estado “federal”

Cuando no es uno es otro, “palito a la burra”...

Cuando no es uno es otro, “palito a la burra”. Cuando no es uno es otro, pero siempre son los mismos, panda de ignorantes, atentos sólo al nivel de la presión más fuerte -y decisoria para ellos- que a la legitimidad histórica de los pueblos. Nadie niega el derecho que pueda asistir a los catalanes para decidir si quieren continuar formando parte de España o no y no se negará aquí, pero, puestos a defender la verdad, una cosa es el derecho a decidir y otra muy distinta que la Historia les asista. Ya nadie podrá cambiar la unión dinástica de Petronila de Aragón y Ramón Berenguer IV, momento en que se une la política de ambos estados. La unión dinástica pone las cosas en su sitio, no invalida el inalienable derecho a decidir. Pero nada legitima el “amago” para obtener más dinero. Que los impuestos ingresados (no pagados) en Cataluña, proceden del resto de la geografía hispana, fundamentalmente de Andalucía, desde la absorción de Banco de Granada, Cajasol y Sevillana de Electricidad.

Pablo Iglesias recoge el estandarte pseudo federalista, recuperado por Pedro Sánchez. La burra no va a andar aunque la maten a palos, que la pueden matar, pero se cansa. Pedro añade nuevos elementos al “caramelo” con que conformar a la Generalitat: trasladar a Barcelona varios ministerios, direcciones generales y empresas públicas, promesa imposible por la consiguiente despoblación parcial de Madrid; y aprovechar la “patá pá arriba” para desmontar quince autonomías. Rivera ni se molesta: las niega de entrada. Los “angelitos”, ciegos en su egoísta proceder político, no se quieren enterar que una Federación impuesta no es una Federación. A ellos no les importa, que para eso hasta se creen intrépidos legisladores y, de tantas patadas al diccionario, expertos lingüistas. Pero ni su falta de respeto al lenguaje, ni a la legitimidad, ni a sus representados, pueden naturalizar lo que quieren desnaturalizar.

La Federación sólo puede ser cuando los entes que la forman se unen libremente. Pero no se puede unir lo que ya está unido. Federalizar un estado unitario es una aberración jurídica, es imponer lo imposible. Para federar las comunidades que hoy forman España, o algunas de ellas, primero habría que separarlas, independizarlas, para que luego puedan federarse… si lo aceptan.

Pero a Pedro y a Pablo, no les preocupa tanto esa “Federación” legal o ilegal, como acabar con las otras quince autonomías, cosa sólo posible si la ejecución es simultánea. Una Federación real nos interesa a los demás, pues las compras de cada Comunidad revertirían en ella; Cataluña es la menos beneficiada, porque su Hacienda sólo ingresaría los impuestos realmente generados en su territorio, de la misma forma que los de las empresas francesas, holandesas o alemanas instaladas en España, no se recaudan en sus países de origen, sino en el que llevan a cabo la venta.

Difícil dilema en que les han colocado sus cortitas entendederas, o su ausencia plena de dignidad y decoro político. Debería hacerse la Federación, si fuera Federación. Primero desmembrar el Reino de España, y luego a ver cuantos estados resultantes llegaban a aceptarla. Sería una experiencia interesante. Y divertida.

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN