Tenemos que tener un poquito más de amor propio. Querernos un poco más. Tomarnos un tiempo de respiro. Pensar en nosotros. La vida corre muy deprisa, tan deprisa que apenas la vemos pasar por delante nuestra. Que apenas la disfrutamos. Tan deprisa que a veces nos huye. O quizás somos nosotros los que huimos de ella. ¿Por qué? ¿Por qué somos así? Somos quienes somos porque todo lo que hemos experimentado nos ha hecho ser así. Párate a pensar si eres lo que querías ser o simplemente la vida te ha construido a su antojo. Un poquito más de amor propio. Más ganas de luchar por lo que queremos. Más atrevimiento a la hora de la verdad. Más verdad a la cara y no camuflarla a las espaldas. Más trabajo y menos quejas. Más ser tú y no ser lo que los demás quieren que seas. Basta ya de etiquetas, de prejuicios, de tonterías, de mentiras. Basta de juzgar por una simple apariencia. ¿Aún no habéis aprendido que lo bonito está en el interior? Es lo único que no cambia con el paso del tiempo, el físico sí. El físico se deteriora y sin embargo seguimos dejando que nuestros ojos establezcan sus criterios de selección. Y todo empieza por ti, porque cambies, porque te quieras a ti mismo tal y como eres y así, tan solo así podrás querer al resto. Todos tenemos una tara, que no te importe compartirla con el mundo.
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