Se han quedado con ella. Izquierda Unida se ha hecho eco de una circunstancia particularmente hiriente. Resulta que los organizadores del Festival Starlite, que tiene un extraordinario impacto en la ciudad cada verano, como nadie puede discutir, han ido más allá y se han apoderado de la Cantera de Nagüeles para su uso privativo durante todo el año. Los dirigentes de la coalición se preguntan cómo casa esto con el acuerdo suscrito por el certamen y el Ayuntamiento, en virtud del cual el uso de este escenario se limita a los meses que van de junio a septiembre. Si ahora uno acude a la zona, a disfrutar del paraje natural, se encuentra una valla, un vigilante, un espacio ocupado por equipos técnicos y demás muestras de ocupación.
El concejal de la formación, Miguel Díaz, denuncia que la alcaldesa, Ángeles Muñoz, “permite el uso privativo de uno de los espacios con mayor valor ambiental y arqueológico de Marbella, el pinar y la Cantera de Nagüeles, mediante la instalación de una valla y un sistema de vigilancia 24 horas mediante guardia y videocámaras”.
Díaz exige "la apertura inmediata de la valla y el desalojo de la Cantera, ocupada irregularmente", a la vez que alerta de que “Muñoz hace realidad la paradoja de ‘ponerle puertas al campo’ y ha entregado a la empresa catalana Bendeus SL, la concesionaria del festival Starlite durante todo el año el uso exclusivo, no solo de la Cantera, también de su acceso que engloba un parte del pinar de Nagüeles y, entre otros hitos, la Cueva de Nagüeles, vestigio protegido mediante la catalogación de Bien de Interés Cultural”.
IU muestra que esta privatización es aún más grave si tenemos en cuenta de que se hace de forma irregular y excede lo acordado en el convenio con la empresa del Starlite que deja claro que lo que se autoriza por el plazo de tres años (2014-2016) es “la ocupación temporal del Auditórium de Marbella, sito en el lugar conocido como La Cantera de Nagüeles, para la ejecución y desarrollo del meritado evento, durante los días del 15 de Junio al 15 de Septiembre”. Sin embargo, estamos en enero y hay una gran valla y un vigilante que impide el paso a cualquier persona. Asimismo, la cantera está ocupada por materiales y construcciones de la empresa, incluso se han apoderado de la hilera de pinos que flanquea la subida, a los que les han colocado focos y cables con gran insensibilidad ambiental e irresponsabilidad frente a un posible incendio forestal.
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