La tribuna de El Puerto

Tradición versus comodidad

Es muy probable que llegue el día en que, los estrenos en salas de cine pasarán a la historia igual que lo hace el alquiler de películas en los videoclubs

Publicado: 06/03/2020 ·
09:55
· Actualizado: 06/03/2020 · 09:57
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Viva El Puerto

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Francisco Aurelio Dávila Rosso

Aún recuerdo cuando de niño, asistí junto con mi madre, mi hermana y mi sobrina, al estreno de la película Harry Potter y la piedra filosofal en el ya desaparecido Cine Macario.

Se me vienen también a la memoria  multitud de ocasiones en las que junto con compañeros del colegio ví algunos  filmes en los también desaparecidos Cine El Paseo, donde me topé con joyas como Tarzán, Billy Elliot, Monstruos S.A o Piratas del Caribe, la maldición de la perla negra.

Llegar a una sala oscura repleta de gente, sentarse en la parte céntrica de la última fila y disfrutar de una buena película, es un placer que aún no he conseguido sustituir por ningún otro similar.

En estos tiempos que corren, en los que tenemos filmes  series con solo pulsar un botón o pedírselo a Alexa, vemos como no solo la manera de ver televisión se está transformando, sino que además, acciones habituales de otro tiempo como acudir al cine, se están viendo afectadas y puede que en pocos años, las consecuencias de ésto sean  muy notables.

Y es que hay reconocerlo. Es más cómodo y barato suscribirse a una plataforma de contenido en streaming que acudir a las proyecciones en la gran pantalla. Por el precio de una entrada de cine, podemos pagar casi un mes de Netflix, y eso hace que los bolsillos más humildes, prefieran cambiar los estrenos cinematográficos por  todo un mes de contenido a la carta.

Yo también he sucumbido a la tentación y no contento con suscribirme a Netflix he instalado un proyector y una pantalla gigante en mi habitación, la cual parece ahora, una verdadera sala de proyecciones. Uniéndose cuatro amigos o familiares, la cuota mensual de Netflix con todo su contenido y la mejor calidad posible, ronda los cuatro euros por persona, casi la mitad que una sola entrada de cine.

Si estás tú solo y no tienes a nadie para elegir esta tarifa, el precio sube a casi 8 euros, como bien he dicho antes, supera por muy poco el precio de una entrada estándar en un día normal o de fin de semana.

Al que se toma en serio aquello de “una vez al año no hace daño”, quizás si le sale rentable pero a mí, que tan cinéfilo soy  y que tanto amo el cine español, los dramones, la ficción histórica y las comedias, se me empieza a ir de presupuesto asistir con asiduidad a las proyecciones de los filmes del momento. Ojalá pudiera ir cada semana varias veces.

Sin embargo, y a pesar de haber convertido mi habitación en mi nueva sala de estrenos, aún me resisto a dejar de ir al cine por completo, puesto que es un hábito que adoro y que no puedo dejar de repetir, aunque eso sí, ahora lo hago con menos frecuencia que antes. Es muy probable que llegue el día en que, los estrenos en salas de cine pasarán a la historia igual que lo hace el alquiler de películas en los videoclubs.

En tal caso, sí parece que el tren va a salir de la pantalla y nos va arrollar al menos no pasaremos la vergüenza de que nos vean correr. 

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