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Jerez

Desestiman indemnizarla por no poder inseminarse tras una infección en Guadalcacín

El dictamen sostiene que no queda acreditada la relación entre el daño y la denunciada mala práctica. 

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  • Centro de salud de Guadalcacín -

El Consejo Consultivo de Andalucía  ha desestimado indemnizar con más de 84.000 euros a una mujer que alegó sufrir daños morales por no poder ser madre, de los que culpa al Servicio Andaluz de Salud (SAS), ya que no pudo someterse a una inseminación programada porque se infectó tras recibir un pinchazo.

Este órgano consultivo ha desestimado la reclamación presentada por la mujer, que aseguró que el desencadenante de todo fue la mala práxis del sanitario que le puso una inyección intramuscular sin guantes.

Según el dictamen el proceso comenzó el 1 de abril de 2019 cuando la interesada acudió al centro de salud de Guadalcacín para que le administrasen una inyección intramuscular.

Ha defendido que la atención fue "deficiente" porque no se usaron guantes ni se tomaron las medidas de asepsia pertinentes, lo que desembocó en un absceso post punción en el glúteo que precisó de curas locales, ingreso hospitalario e incluso una intervención quirúrgica realizada en el Hospital Universitario de Jerez.

Esta situación ha supuesto para la paciente un periodo de incapacidad temporal, el padecimiento de secuelas crónicas y un daño moral derivado de la pérdida de oportunidad de ser madre, ya que la infección impidió que se sometiese al tratamiento de inseminación artificial que tenía programado.

La demandante ha defendido que la causa "principal, única y directa" de las complicaciones y dolencias que sufrió fue el "anormal" funcionamiento de los servicios asistenciales del SAS, que le generaron un padecimiento innecesario que se pudo evitar con las medidas de asepsia pertinentes.

Ha aportado al Consultivo un informe pericial con los daños en el que se incluye que, según la paciente, no se utilizaron guantes, una afirmación que carece de respaldo probatorio alguno y que choca con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que indica que no deben usarse guantes para aplicar tratamientos inyectables intramusculares.

El informe emitido por el Servicio de Gerencia de Riesgos señala que la infección localizada de la zona donde se ha realizado una inyección intramuscular es una complicación poco frecuente pero no está vinculada a una actuación deficiente o incorrecta.

Según el dictámen del Consultivo, la técnica se realizó por personal sanitario cualificado que siguió el protocolo establecido y las actuaciones después de la infección fueron también correctas, por lo que no queda acreditada la relación entre el daño y la denunciada mala práctica. 

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