El gerente de la Fundación Caja Rural, Luis Jesús García-Lomas, presentó ayer la memoria de la entidad, que tras cumplir el año pasado su primera década, se ha convertido en una tabla de salvación no solo para buena parte del patrimonio de la provincia de Jaén, si no para el tejido asociativo también y para las numerosas actividades que se desarrollan a lo largo del año. La Fundación Caja Rural es a Jaén lo que los Médici fueron a Florencia, podría decirse. Los datos hablan por sí solos. El año pasado se presentaron cinco obras en el espacio ‘La Rural’, se publicaron siete libros, se celebraron 10 exposiciones y se incorporaron 75 obras de arte a su colección sobre el mundo rural. Además, 36.318 jienenses se beneficiaron de los cursos, las jornadas, divulgaciones, publicaciones y actividades musicales y escénicas y la Fundación Caja Rural, que colaboró con 105 instituciones deportivas y sociales y con 89 culturales. De las convocatorias de ‘Rural Solidaria’, ‘Rural Voluntariado’ y ‘Rural Tiempo Libre’ se beneficiaron más de 6.800 personas. Todos estos datos no hacen más que apuntalar la labor que Caja Rural realiza en toda la provincia convirtiéndola no solo en un sustento esencial para Jaén, sino en un ejemplo para otras entidades, porque pocas fundaciones de cajas devuelven tanto a la sociedad como lo hace la Caja Rural de Jaén.
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