Ni un paso atrás, repite/repiquetea el eco descarnadamente carnavalesco de la calle. Pese a la lectura interesada que el involucionismo haga de los resultados del 2D, la gente que conozco, a la quiero y que me quiere, no va a consentir que le birlen conquistas sociales que heredaron de sus mayores so pretexto de un supuesto viraje sociológico a la derecha que de ninguna de las maneras legitimaría los recortes. Ni las matrículas universitarias bonificadas a los estudiantes que aprueben ni el monto de la oferta de empleo público en Educación que dejó pergeñado el gobierno anterior ni la cualificación de los trabajadores de las unidades de valoración integral de violencia de género formaban parte del ideario alternativo al PSOE con que concurrieron PP y Cs a la campaña de elecciones andaluzas. Quien pide poda, ahora, provocador, sin embargo, desde sus cotizadísimos 12 escaños, es Vox, convencido de que cuanto más escandalicen sus propuestas de tinte clasista, machista, negacionista y xenófobo, más cerca estará del objetivo electoral que persigue la formación de Abascal: lograr que su opción a la derecha del PP cuente con representación en todas las instituciones. Por ello, emponzoñarse/obsesionarse con Vox constituye un morrocotudo error estratégico. Para la derecha que gobierna desde hace poco la Junta, PP y Cs, por cuanto, muy al contrario, tiene permanentemente que blanquear el discurso de su socio de investidura, sin descuidar su irrefrenable avance demoscópico. Y a la izquierda populista, que atrajo tras el 15M un voto condicional desideologizado, asqueado de la política tradicional, abstencionista en potencia, que actualmente se deja seducir por otros cantos de sirena. Menos mal que esta semana, la primera completa de marzo, la del 8M, esplendoroso viernes morado, la gente que conozco, a la que quiero y que me quiere, sin otra consigna que la de su propia conciencia, volverá a poner al poder los puntos sobre las íes (igualdad, integración, independencia…). Con las cosas importantes no se juega. Ni un paso atrás.
Crónica de precampaña. El candidato del PSOE, Julio Millán, rompiendo clichés, se reúne cordialmente con el obispo de Jaén, Amadeo Rodríguez Magro. ¿La excusa? La puesta en valor turístico del patrimonio jahenciano constituye uno de los ejes dinamizadores del casco antiguo en el programa electoral del alcaldable socialista. Amadeo y Julio coincidieron en alabar la labor humanitaria de muchas organizaciones vinculadas a la Iglesia. Ni que decir tiene. Puntos de encuentro sobre los que “entretejer” futuras colaboraciones. Mientras, el alcalde, Javier Márquez, recibía, por fin, la visita de un delegado territorial de Fomento de la Junta de fiar, afín: el recién nombrado Jesús Estrella, quien comprometió a partir de ahora la lealtad institucional, precisó, de la que careció su departamento durante la etapa anterior. Cuqui y Estrella, compañeros de partido, se entienden mejor que cuando el regidor tenía que lidiar con un delegado del PSOE, normal, pero el tranvía, según pusieron de manifiesto tras el encuentro, permanecerá en cocheras al menos hasta finales de año. 4 o 5 meses por la parte más corta. Pero no todo iban a ser malas noticias para el interés preelectoral de los azules. Con el PP en la Junta se abre un rayo de esperanza a que la demandada descatalogación de Las Protegidas retrotraiga un procedimiento que impidió a los inquilinos en su día, cuando mayor interés inmobiliario despertaba la zona, vender o permutar sus viviendas. Estrella garantiza la búsqueda de fórmulas jurídicas para la descatalogación. La contrarreforma en Jaén, en estos días, muy viva, muy lenta, huyendo de provocar sobresaltos y canguelos, acaso se despereza. Vive Dios. Aún los colegios opusinos de la capital, ¿por qué no?, estudiarían la posibilidad de suscribir conciertos, al tiempo que otras fundaciones religiosas propondrían bachilleratos concertados. Todavía el nuevo gobierno de la Junta podría presionar a la CHG para que los riegos extraordinarios de invierno al olivar no se demoren más en espera de salvar el trámite insufrible de unas resoluciones positivas que este año deben de comunicarse antes de empezar a regar. La situación, un tanto kafkiana, despierta los fantasmas de aquel proceso de regularización de concesiones de riego en que nos las prometíamos muy felices, allá por la década pasada, contando en Sevilla con paisanos influyentes, hasta que una sucesión de fallos judiciales e intromisiones del lobby arrocero nos condenaron a mendigar el agua. Un ‘sindiós’, estando como estamos en la cuenca alta del río y con los pantanos casi llenos, como antaño se cansara de denunciar esa gente que conozco, a la que quiero y que me quiere.
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