"Kleftes, kleftes" (ladrones, ladrones) coreaba la multitud concentrada frente al Parlamento en la ya quinta huelga general convocada por los sindicatos mayoritarios desde que comenzó el año.
Los manifestantes –unos 50.000 según los sindicatos y 15.000 según la Policía– alzaron pancartas con lemas como "quitad las manos de nuestras pensiones" o "no hemos robado, así que no pagaremos".
Abogados, maestros, empleados de banca, funcionarios, personal sanitario y trabajadores de los medios de transporte, entre otros, se unieron ayer a una protesta, que volvió a dejar medio paralizado al país mediterráneo.
Según explicó a Efe Stazis Anéstis, de la central sindical Gsee, el seguimiento de la huelga ha sido del 80%.
El país quedó sin transporte marítimo y de trenes, y una cincuentena de vuelos se han visto afectados por los paros de los empleados de Aduanas en varios aeropuertos.
El resto del transporte público quedó inactivo y el servicio de tren de cercanías y del tranvía en Atenas funcionó sólo hasta medida tarde para permitir a los griegos participar en la protesta. En los hospitales sólo funcionaron los servicios de urgencias.
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