Ambos reiteraron su compromiso para cooperar en materia de inmigración, cuya reforma exhaustiva en EEUU “se puede y se debe hacer”, a juicio de Obama.
Obama y el presidente mexicano se reunieron ayer por espacio de cerca de dos horas en el Despacho Oval, donde abordaron asuntos como la inmigración, la lucha contra el narcotráfico o las relaciones comerciales.
Las cuestiones relacionadas con la frontera dominaron buena parte de las conversaciones y el presidente mexicano aprovechó para criticar la ley estatal de Arizona, que convierte en delito el ser inmigrante ilegal.
“Rechazamos la criminalización de la inmigración”, dijo Calderón, al reiterar su “firme condena” de la ley de Arizona, que, a su juicio, puede causar discriminación.
Lanzó un llamamiento a la cooperación para resolver el problema y al respecto aseguró: “Podemos lograrlo si creamos una frontera más segura que, en lugar de dividirnos, una a nuestros pueblos”.
Por su parte, el presidente estadounidense consideró que la ley de Arizona –que las encuestas apuntan a que cuenta con el respaldo de la mayoría de los estadounidenses– representa “una expresión mal encaminada de la frustración” acerca del “sistema fallido de inmigración” en EEUU.
Obama indicó que lo que evitará que se repitan medidas así en otros estados es una reforma migratoria exhaustiva de manera que se pueda contar con una “inmigración ordenada y segura”.
En esta reforma, indicó, deberán incluirse elementos como sanciones a los patronos que contraten a trabajadores ilegales y una vía para la legalización de los indocumentados que pase primero por el pago de multas y el aprendizaje del inglés.
“Creo que si aprobamos algo así serán menos probables medidas como la de Arizona”, indicó Obama, quien recordó que para conseguirlo es necesario el apoyo en el Congreso tanto de demócratas como de republicanos.
“No tengo ahora mismo 60 votos en el Senado”, el mínimo necesario para evitar posibles vetos a la medida, recordó el presidente estadounidense, quien indicó: “No espero contar con todos los votos republicanos, pero necesito alguna ayuda” de ese partido para poder sacar adelante la medida.
La reunión entre ambos mandatarios se produjo tras una colorida ceremonia de bienvenida en la Casa Blanca ofrecida por Obama y la primera dama, Michelle, a Calderón y su esposa, Margarita Zavala, en la que sonaron 21 salvas en honor del líder visitante. Calderón concluirá su visita a EEUU hoy con un discurso ante el Congreso.
México pide más ayuda a EEUU ante el narcotráfico
El presidente de México, Felipe Calderón, hizo ayer ante el Congreso de EEUU una férrea defensa de los inmigrantes y pidió la ayuda de este país para afrontar retos comunes como la inmigración ilegal, el narcotráfico y la integración de Norteamérica.
En un discurso de poco más de media hora ante una sesión conjunta del Congreso, Calderón afirmó que México, con la ayuda de EEUU, lucha por frenar la inmigración ilegal hacia EEUU, combate “con decisión y valor” la amenaza del narcotráfico y fomenta el desarrollo de América del Norte para que sea “la región más fuerte y próspera en el mundo”.
Calderón ofreció su discurso ante miembros de ambos partidos en el Congreso y del cuerpo diplomático, así como activistas comunitarios de todo Estados Unidos.
El gobernante mexicano arrancó aplausos cuando condenó de nuevo, como hizo la víspera, la ley sobre inmigración ilegal en Arizona y que, a su juicio, introduce “la terrible idea de discriminación racial” en la aplicación de la normativa.
Sobre la lucha contra el narcotráfico, Calderón explicó que su objetivo primordial es “garantizar la seguridad de las familias mexicanas, que se encuentran bajo amenaza de los abusos y los actos perversos de los criminales”.
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