Se han levantado sorprendidos los habitantes del pueblecito catalán Avinyonet del Penedès con el premio de ser el segundo pueblo más rico de España. Los vecinos estaban tan felices y contentos con su condición de pueblo humilde y trabajador de esa bella y fructífera comarca catalana cuando la Agencia Tributaria -con los datos de la campaña de la renta del 2017 y sin que hubiera sucedido ninguna circunstancia especial- han colocado a Avinyonet como el segundo pueblo más opulento de España y el primero de Cataluña.
¿Qué ha podido pasar para que se pase de golpe del puesto 246 en toda España al numero 2 y de una renta media bruta de casi 27.000 a 57.853 euros anuales por habitante y año?¿Habrá tocado la lotería a todos los habitantes? No. Un rico heredero se ha instalado en el pueblo, de 1669 habitantes que viven del aceite, el melocotón y el vino, y ha hecho subir la renta de todo el pueblo…haciendo la media entre lo ganado por el conjunto de los habitantes y por el millonario allí establecido.
Dicen los economistas alemanes que se avecina otra crisis. No tan fuerte como la hasta hace poco vivida y sufrida, pero crisis. No ha terminado de despedirse la anterior y llama a la puerta la nueva. Resumiendo lo más destacado que han dicho los institutos económicos alemanes es que “la política fiscal debería utilizar todo el margen de maniobra disponible para adaptarse a los tiempos más difíciles en una fase temprana. Sería prudente empezar ahora a elaborar un programa inmediato para reforzar la inversión privada y pública”.Por algo se empieza. Los ortodoxos a rajatabla piden ser algo heterodoxos para salvar a la economía y aliviar a la población.
La anterior crisis fue un modelo en el reparto injusto de la riqueza. Promovió e hizo subir la desigualdad hasta extremos desconocidos. El “los ricos más ricos y los pobres más pobres” pasó de las proclamas a la realidad. La media engañosa desconoce la precariedad en el empleo, la bestial subida de los alquileres, los impuestos y tasas hasta para saludar, lo abusivo de los servicios esenciales de agua, luz, refrigeración-calefacción y la telefonía. Mejor conocer lo que sucedió, para que no se repita la desgracia, que negar la evidencia que se acerca. Pero Torra, en el centro del debate nacional.
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