Suele decirse que si los sevillanos pusieran en todas las facetas de la vida y el trabajo el mismo empeño que ponen en convertir la Semana Santa y la Feria de Abril en las mejores fiestas primaverales del mundo Sevilla ocuparía una posición puntera entre las ciudades del planeta, como ya la ocupó cuando fue puerto y puerta de América durante la Carrera de Indias. Y sí, se ha demostrado que sólo merced a la Semana Santa pero no antes la capital de Andalucía se ha convertido durante ese lapso de tiempo y en parte del Casco Antiguo en esa “smart city” o ciudad inteligente por la implantación de nuevas tecnologías que el alcalde venía preconizando desde el inicio de su mandato y que planteó como estrategia conjunta para el eje Sevilla-Málaga: transformar el casco urbano en laboratorio de experimentación para las empresas y la economía 4.0.
Hay que aprovechar la experiencia acumulada con las luminarias led regulables desarrolladas expresamente para nuestra Semana Santa, las cámaras evaluadoras del flujo de personas, el GPS en los pasos de las cofradías y otras aplicaciones tanto para hacerlas extensivas al conjunto de la ciudad como para exportarla a otras con el sello “made in Sevilla”. La Semana Santa tecnológica puede y debe convertirse en una oportunidad para avanzar por la senda de la digitalización durante todo el año yque no quede reducida a una excepción de siete días en el calendario.
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