Tranquilidad en la frontera con Portugal en el primer día de blindaje

La medida no afecta al transporte de mercancías "con el fin de asegurar la continuidad de la actividad económica y el abastecimiento"

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Corte de la frontera en Ayamonte.

Corte de la frontera en Ayamonte.

Corte de la frontera en Ayamonte.

Las personas que a diario usan los distintos puntos fronterizos entre España y Portugal para pasar de un país a otro están asimilando el cierre de fronteras decretado por ambos Gobiernos para tratar de frenar el avance del coronavirus sin incidencias destacables.

El punto de mayor tránsito es el Puente Internacional de Ayamonte, por el que a diario circulan miles de vehículos como consecuencia de una fluida relación socio-económica y comercial entre los ciudadanos de una y otra zona fronteriza.

No en vano no son pocos los españoles que trabajan en zona lusa y que se desplazan hasta allí para comprar artículos con un precio más rentable y los portugueses que por motivos laborales y, principalmente, para hacer acopio de gasolina -en este lado de la frontera es más barata- van y viene asiduamente.

Ese constante e intenso trasiego de vehículos se ha visto interrumpido por el coronavirus. Desde este martes a las 00.00 controles policiales a uno y otro lado de la frontera constatan que los que pasen de un país a otro son únicamente los que pueden hacerlo, es decir, aquellos ocupados por personas que tengan motivos laborales o de imperativa necesidad o los destinados al transporte de mercancías.

Las primeras horas han sido tranquilas, el tráfico rodado se ha reducido considerablemente y la concienciación de la gente ha hecho que sean pocos los que se hayan tenido que dar la vuelta por orden de unos agentes provistos de mascarillas y guantes por motivos de seguridad.

Esto no quita que en momentos puntuales se hayan producido pequeñas retenciones que inevitablemente ralentizan el tráfico. Los que han presentado más problemas son los extranjeros en autocaravanas, sobre todo de nacionalidad, alemana; jubilados que viajan por Europa y que parecían no haberse enterado de las restricciones.

Al margen de eso, tranquilidad, lo mismo que en el resto de puestos fronterizos que existen en la provincia de Huelva. En Paymogo, Rosal de la Frontera y Encinasola los controles están siendo llevados a cabo por parte de la Policía Nacional mientras que en la carretera que une El Granado con Pomarao esta tarea la está desempeñando la Guardia Civil.

En todos estos puntos se vuelven a ver desde este martes imágenes inéditas para los más jóvenes y casi olvidadas para los no tanto ya que justo este mes, el próximo 26 de marzo, se cumplen 25 años de la entrada en vigor del Acuerdo de Schengen en los primeros siete países de la Unión Europea, entre ellos, España y Portugal, lo que supuso la eliminación de las fronteras.

Por el momento, estos controles se mantendrán un mes, 30 días en los que las fronteras permanecerán cerradas y controladas, y durante los cuales los vecinos de La Raya, como se conoce la frontera que separa a estos dos países, estarán tan cerca y tan lejos como hace más de dos décadas.

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