La defensa de Benavides desmonta las acusaciones de Rocío Palacios y el fiscal

El alcalde de Almuñécar, Juan Carlos Benavides (CA), ha dejado claro en sus declaraciones ante el titular del Juzgado de lo Penal de Motril que cuando dijo ?o a la zorra? en el pleno de 30 enero de 2006

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  • Rocío Palacios. -
  • Al decir ?o la zorra? a la interventora, era una corrección literaria de las fábulas de Esopo.
  • ?Se intenta derrotar en los tribunales a quien no se puede derrotar en las elecciones?, Revelles.
El alcalde de Almuñécar, Juan Carlos Benavides (CA), ha dejado claro en sus declaraciones ante el titular del Juzgado de lo Penal de Motril que cuando dijo “o a la zorra” en el pleno de 30 enero de 2006, simplemente hizo una corrección literaria de las fábulas de Esopo y Samaniego, que en todo momento hablan de la zorra como protagonista de sus cuentos, en un comentario que efectuó a la interventora municipal, nunca dirigido a Rocío Palacios, por lo que no pretendió injuriar a la por entonces portavoz socialista, negando así el presunto delito por el que fue juzgado durante la mañana del miércoles. Una tesis que fue defendida por el abogado defensor, Sr. Revelles, que desmontó las tesis defendidas durante el juicio tanto por la acusación, como por el fiscal, claramente alineado en las tesis que éstos defendían.

En el juicio ha quedado claramente manifestado que en ningún momento el Sr. Benavides hizo referencia a ninguna persona ni a ningún partido político, y que por lo tanto, de sus manifestaciones en el Pleno no se puede deducir ningún tipo de injurias, y menos dirigidas a personas que en ningún momento menciona.

A preguntas de los letrados, aclaró el alcalde que cuando Palacios dijo que cambiar los representantes políticos en una empresa municipal por uno del equipo de gobierno era “como poner al zorro a vigilar las gallinas”, Benavides sólo le indicó a la interventora que la fábula aludía, en todo caso, “a la zorra”, sin dirigirse a la portavoz socialista en el uso de la palabra, aclarándole este extremo de forma inmediata, y que por tanto le pedía que continuase con su intervención, como así sucedió.

Por otra parte, el alcalde sexitano precisó que cuando dos horas después, ya en la parte final del Pleno, afirmaba que nunca habían utilizado ni utilizarían cuestiones personales en política y que “determinadas carreras políticas de personas provenientes del transfuguismo sólo se entienden con relaciones íntimas entre su secretario provincial y la afectada”, tampoco hizo referencia a ninguna persona en concreto, ni a ningún partido político. Es más, recalcó que Palacios no era una tránsfuga, ya que era independiente en la anterior corporación, y que sólo había militado en el PSOE, “por lo que directamente quedaba fuera de esa acusación”. Explicó que esas afirmaciones aludidas fueron realizadas como una crítica a ciertas formas de entender la política, pero que en ningún momento tuvo ánimo de injuriar, puesto que no hizo referencia a ninguna persona en concreto ni a ningún partido político.

Rocío Palacios, por su parte, afirmó al juez que cuando el alcalde dijo la palabra “zorra” la estaba mirando a ella, algo que desmontó el abogado defensor en su exposición final, tras el visionado del vídeo con la grabación del pleno.

Francisco Álvarez de la Chica, citado para declarar como testigo, no se presentó en el juicio, aduciendo que se encontraba en una comisión del Parlamento andaluz. Sí lo ha hecho el taquígrafo del pleno, quien afirmó, bajo juramento, que el alcalde se dirigió a la interventora cuando le hizo la corrección semántica sobre el personaje de la fábula, y no hacia Rocío Palacios.

Tras las declaraciones y pruebas solicitadas, el fiscal, claramente alineado con las tesis de la acusación, mantuvo en su informe final la petición de condena contra el alcalde, solicitando incluso una indemnización mayor que la demandada por la propia Palacios.

Por su parte, la acusación particular sostuvo que las palabras fueron utilizadas de forma “sibilina”, llegando a calificar a Benavides como “cobarde”, tal vez en un intento de buscar una reacción extemporánea del regidor sexitano.

La defensa de Benavides, en una intervención final ampliamente documentada con la utilización de numerosas sentencias absolutorias en circunstancias parecidas a la que se estaba juzgando, solicitó la libre absolución de su defendido. Según el letrado ha quedado demostrada la inexistencia de injurias ni ánimo de ofender por parte de Benavides, sino sólo una interpretación de Rocío Palacios (ella sabrá por qué se ha sentido ofendida, llegó a manifestar), y que en última instancia, en su opinión, se está intentando “derrotar en los tribunales a quien no se puede derrotar en las elecciones”.

Tras unas puntualizaciones del alcalde en la intervención que cerraba el juicio, este quedó “para sentencia”.

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