Ojos lagrimosos, corazón encogido, pulso descontrolado y cara de terror. Así salía Davy Thompson en la mañana de este martes de los juzgados de Ayamonte después de denunciar la Guardia Civil la presunta desaparición de su hijo de seis años, Davy. Lo hizo acompañado de su madre, Rosario Sánchez, y de su abogado, Juan Carlos Gómez.
Davy Thompson, de 38 años, de origen británico y afincado en La Antilla, no sabe nada de su vástago desde que se lo entregara a su madre el pasado viernes para que estuviera con ella durante el fin de semana. Su madre, ciudadana polaca de 48 años y afincada en el barrio ‘El Campú’ de Lepe no devolvió al pequeño en el punto de encuentro -una vivienda situada en el puerto de El Terrón- el pasado domingo a las 20.00 horas, como estaba estipulado.
Él tiene la custodia desde 2015 y ella sólo ve al hijo cada dos fines de semana y dos horas en las tardes del martes y jueves. Desde que el menor no fuera a ese punto de encuentro no se sabe nada de él. El padre ha llamado en innumerables ocasiones a la madre, pero el teléfono aparece desconectado. También ha acudido a la vivienda de ella, pero no está. Los vecinos callan y la angustia crece.
Desesperado y temeroso, Davy Thompson se dirigió el mismo domingo a la Guardia Civil para denunciar la situación. Ni el lunes ni el martes existieron noticias ni positivas ni negativas. El padre del menor sospecha que la madre se lo ha podido llevado a Polonia, por lo que se podría tramitar el caso como un secuestro parental internacional. La Guardia Civil, por el momento, no descarta ninguna hipótesis.
La madre se puso en contacto la tarde del pasado viernes con una asociación de Lepe llamada ‘Libres y sin miedo’, a cuyas componentes dijo que “no estaba bien”, pero que no se preocupasen. La presidenta de la asociación, Delia Pérez, ha explicado a Efe que su colectivo está compuesto por mujeres que han sufrido algún tipo de maltrato o disputas con sus parejas, aunque ha matizado que “ella no sufrió maltrato, sino que colaboraba con nosotros”. Así, escribía en el grupo de WhatsApp que “yo no estoy bien”, para decir después, a preguntas de las demás componentes del mismo grupo, que “se pasará como todo”. Minutos después deseó, en el mismo grupo, “que tengáis una buena tarde”, para enviar un último mensaje a las 00.11 del pasado sábado, con una serie de emoticonos sin texto.
Ya no se sabe nada más. Ahora es el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 4 de Ayamonte quien ha incoado, de manera urgente, diligencias previas en relación a este suceso. Asimismo, según aseguran fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), se ha librado de oficio, tanto telefónicamente como a través de fax, al puesto de la Guardia Civil de Lepe para que se lleven a cabo las actuaciones necesarias para esclarecer los hechos.
Pasan las horas, la investigación continúa y el dolor escuece.
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