La petición realizada el viernes pasado por las familias Aya y Abaurre, dos de las cinco que aún controlan Abengoa a través de la patrimonial IC, para que la próxima junta general de la empresa del 30 de junio vote la salida de Javier Benjumea del consejo de Abengoa esconde una enconada batalla interna y varias claves que sitúan una vez más a su hermano Felipe en el centro de todo. Esa petición, lejos de suponer que los Aya y los Abaurre están enfrentados a la familia Benjumea como este diario publicó el lunes, no hace más que tratar de que se cumpla lo decidido por IC en noviembre de 2015 con el respaldo de Felipe, según fuentes empresariales consultadas por esta web.
La junta de los socios de IC celebrada el día 4 de ese mes, cuando ya había fracasado el intento de ampliar capital en Abengoa por 650 millones, su rescate por parte del grupo Gestamp y la empresa se encaminaba hacia el preconcurso de acreedores que se declararía el día 25, acordó dos puntos relevantes. Primero, las familias -o los miembros de algunas de ellas- críticos con la gestión de Felipe como presidente de Abengoa y de IC, pidieron nombrar a tres de los diez consejeros de IC. Felipe Benjumea lo permitió y por esa vía accedieron al consejo su sobrino Rafael Benjumea Benjumea y Francisco Bertrán Sundheim, además del propio Javier Benjumea, que fue reelegido. Los tres habían venido cuestionando la forma de gestionar la crisis financiera del grupo Abengoa desatada en agosto de 2015.
Felipe siguió -y sigue- controlando el consejo de IC con la presencia de dos de sus hermanas afines, Elena y Mercedes, con Ignacio Solís Guardiola y José Joaquín Abaurre Llorente. Los Benjumea son once hermanos, dos varones y nueve mujeres, de las que siete están más cerca de Javier, y las otras dos de Felipe.
Desde esa junta de noviembre se ha producido el fallecimiento de uno de los consejeros, José Luis Aya Abaurre (a quien ha sustituido Ana Abaurrea Aya) y la salida de otro: José Domínguez Abascal, quien fuera el sustituto de Felipe como presidente de Abengoa desde el 25 de septiembre al 1 de marzo pasado. Abascal no ha sido sustituido y el consejo de IC, con nueve miembros, sigue así controlado por Felipe.
De ahí la decisión de trasladar la sede de IC al nuevo despacho del expresidente en el edificio Pórtico de Sevilla. Felipe Benjumea se ha llevado a ese despacho el mobiliario y material informático que IC usaba en Palmas Altas (sede central de Abengoa). En Madrid ha hecho lo mismo tras desalojar a IC de las oficinas de Abengoa en el Paseo de la Castellana y trasladarlo a la calle Fortuny.
La segunda decisión clave fue la de elegir quiénes serían los 5 consejeros de IC en Abengoa. Y aquí Felipe logró, con el apoyo del 55% de los votos, que fueran él mismo (aunque lo hacía como asesor externo tras dejar la presidencia y su puesto de consejero el 25 de septiembre), un miembro de la familia Abaurre, otro de Aya, otro de Sundheim y un Solís Guardiola. Premiaba así a las familias fieles.
Ejecución del acuerdo
Javier Benjumea ya era consejero de Abengoa y, por tanto, IC pidió formalmente a Abengoa que fuera destituido en aplicación del acuerdo de la junta de IC. Abengoa recibió la comunicación de IC el 9 de diciembre de 2015 ya que Javier no presentó voluntariamente su dimisión. Así se recoge en la comunicación enviada a Abengoa este mes de junio por los Abaurre y los Aya, en nombre de IC, para incluir en el orden del día de la junta del 30 de junio el cese de Javier como consejero. IC controla más del 50% de los derechos de voto en Abengoa y votará echar a Javier.
Tampoco el presidente de Abengoa, y a la sazón vicepresidente de IC, José Domínguez Abascal movió un dedo para ejecutar el acuerdo de la junta de IC. Por ese motivo, y por defender las posiciones de la banca acreedora y no las de IC en la negociación del rescate financiero, Felipe consiguió destituir a Abascal al tiempo que él mismo salía del todo de Abengoa el 29 de febrero.
Ahora, Felipe se cobra su segunda víctima de calado en Abengoa, la de su hermano Javier al que ya expulsó de la copresidencia en diciembre de 2007. Tras ello, la banca y los bonistas tomarán el control de una Abengoa sin un Benjumea en el consejo por primera vez desde que nació la empresa en 1941.
Jiménez Lora, hombre clave de IC aún dentro
La simbiosis entre IC y Abengoa ha sido total. Las oficinas de la sociedad patrimonial han estado hasta hace semanas en las dependencias de Abengoa en Madrid y Sevilla, las juntas de accionistas y consejos se celebraban dentro de Abengoa y, ahora, el mobiliario y material informático de Abengoa que se usaba para IC ha salido también de la compañía. Pero dentro quedan aún personas contratadas por Abengoa que siguen realizando labores fiscales, legales o administrativas para IC. La más relevante de todas ellas, y auténtico delegado interno de Felipe Benjumea en la empresa, es Juan Carlos Jiménez Lora.
Con el cargo oficial de director de Planificación y Control desde 2011, y también director de retribuciones desde 2014, Lora ha sido premiado regularmente con bonus por Benjumea, el último de 200.000 euros a final de 2015.
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