A pesar de ser el partido más votado, pasar en cuatro años de más de 180 escaños a poco más de 120 es una bajada muy importante que al Partido Popular le debe servir para reflexionar y buscar los motivos por los cuales han perdido la confianza de tantos españoles. Eso sí, esperemos que esa reflexión sea real, sincera y no llena de infantilismo echando la culpa a motivos externos que nada tengan que ver con el partido en sí, porque aún le puede ir peor.
El PSOE continúa siendo la segunda fuerza pero ha empeorado sus peores resultados de la historia, y todo ello, sustentado por una comunidad andaluza en la que aún conserva mucha fuerza y le hace seguir manteniéndose con cierta dignidad a nivel nacional. La reflexión interna parece que ya la hicieron, al menos, tomaron medidas a nivel de partido. Por eso, todo hace indicar que deberían revisar sus política de pactos a costa de lo que haga falta para desbancar al PP, que no parece que le haya reportado beneficio alguno electoralmente.
PODEMOS, debe estar contento, de la nada a ser la tercera fuerza, aunque no pienso que deba dejarse llevar por la euforia, ya que estos resultados se producen en una situación de debilidad de sus dos grandes partidos y, apoyados por un conglomerado de partidos en diferentes comunidades como Galicia, Cataluña o la Comunidad valenciana que mucho me malicio intentarán tener su sitio en el pastel del congreso de forma algo diferenciada de las siglas de PODEMOS.
CIUDADANOS, feliz como partido por su irrupción en el ámbito nacional pero, algo decepcionado por no alcanzar los niveles que ciertas encuestas llegaban a darle y no terminar de ser decisivos para la estabilidad del gobierno. Debe trabajar en su asentamiento, en su solidez y terminar de concretar su postura en determinadas cuestiones en las que parece haber jugado a la ambigüedad, aunque puede que ese sea el secreto de su éxito también.
IU, ante todo, debe reclamar un sistema electoral más justo (aunque parece que no siempre lo ha hecho) y, buscar soluciones internas que le hagan tener mayor representatividad en el congreso. A pesar de todo, entiendo su negativa a ir de la mano de PODEMOS, ya que a pesar de coincidir en ámbitos ideológicos, parecen tener una idea más concreta como país sin depender tanto de plataformas y partidos que según la comunidad marque unas pautas.
En definitiva, parece que esta vez pierden todos ante las expectativas creadas pero, mi optimismo me dice que las ciudadanía esta vez ha ganado, condenando a nuestra clase política a hacer algo que todos hacemos diariamente: entenderse con quien no piensa como tú, para buscar un consenso por el bien de todos. Al lío.
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