ADIF, las vías y mucho miedo

Nos dijeron con ese deje que le da solemnidad a las palabras del bobo, que nuestros hijos estaban condenados a contratos por horas y nunca más de 800 euros. Y nos convencieron a culatazos y miedos nacidos de una crisis ingeniada por banqueros.

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Nos dijeron con ese deje que le da solemnidad a las palabras del bobo, que nuestros hijos estaban condenados a contratos por horas y nunca más de 800 euros. Y nos convencieron a culatazos y miedos nacidos de una crisis ingeniada por banqueros. Firmamos hipotecas por 120.000 y ahora nos dan la mitad, si acaso, mientras ellos arramplan con lo más selecto comprando a precio de derribo: desahucios y embargos. Consentimos.

Los vimos racanear las medicinas a nuestras madres y a todo dios que renquease un algo, pero no importó: nosotros callábamos: ni teníamos artritis ni nos fallaba el riñón. Nos aseguraron que no volverían a meter la mano en el cajón del pan duro y lo que hicieron fue subir el IVA del aguardiente/anestesia de los parados. Dejaron sin ayudas a cerca de dos millones de los nuestros, pero no importaba: Bertolt Brecht murió en Berlín (del Este) y los que teníamos curro mirábamos para otro lado. Así fue como nos hicieron pagar sus demasiés en los bancos y en las cajas sin que nos hayan explicado, aún, qué se hizo de o dónde fueron aquellos miles y miles de millones de euros.

La muchachada de Rajoy nos ha dejado desnudos de derechos y sus júligans amordazan las libertades, sueltan a Bárcenas, Blesa pilla bronce caribeño, el alcalde de Játiva recuenta euros con voz de niño de San Ildefonso, se expedienta a los buenos jueces como Elpidio Silva y se zarandea el sillón de la jueza Alaya.

Una democracia herida, aunque no de muerte, exige tratamientos de urgencia. Pero los buenos cirujanos o bien trabajan en la Ruber, bien han muerto o son demasiado jóvenes para detener una gangrena que va de la nuca al calcáneo. Elecciones: cheque en blanco para cuatro años. ¿Un ejemplo? Las andaluzas. ¿Recuerda usted ya el nombre del que encabezaba la lista que votó? ¿No? Eso nos da una idea de la calidad del sistema. Nos mintieron tanto y nos engañaron con tal descaro, que, por miedo, por no señalarnos, por lo que coño fuera, acabamos tragando, votando a ciegas, sumisos, blandos, esclavos de nuestros temores. Murió el alma del 15-M y aquellas jaimas de lonas arcoíris y utopías sin mordaza instaladas en el Sol de Madrid: cayeron a manos de los que se sienten intocables gracias a nuestros votos. Otra vez. Otros cuatro años.

Y hablando de utopías, un poner. Nos dicen que soterrar las vías del tren a su paso por Ronda es un imposible. Sin más. Porque lo dicen ellos y sus santos huevos, que ya no queda otra que el consuelo de taco carbonero. De modo que Ronda estará otros cien años condenada a sufrir la cicatriz que divide la ciudad en dos guetos… Que si no hay dinero, que si ADIF ha dicho, que si paso a nivel, que si la Indiana… ¡Al carajo! ¿Qué es ADIF? ¿Quiénes cobran de ADIF? ¿Pueden sus directivos ahorcar a toda una ciudad manteniendo unas vías que servían en el XIX de la Ronda Romántica, pero que en el XXI son algo más que un estorbo? Si un pueblo, en 2015, no puede soterrar el tren para que los ancianos y los niños y los adolescentes puedan correr, saltar, solearse o simplemente besarse entre los miles de árboles que allí crecerían es que estamos muertos. Muertos y locos. Y no lo sabemos. Nada más penoso que consolarse en las excusas de “Madrid ha dicho” para justificar la insolvencia.

Si todos los que concurren a las elecciones hicieran piña en torno a tres proyectos, ni uno más, puede usted estar seguro de que ni Renfe ni ADIF ni Carrero que volviera: aquí se soterraban las vías como se hizo en otras ciudades con dirigentes más beligerantes y peleones, menos indolentes. Tiene razón don Sergio: un puente de esos por el que levita el AVE bastaría para soterrar las vías, la estación y hasta para dejar colegios e institutos con la misma o mayor decencia que los de Finlandia.

Únanse todos, firmen un pacto que haga de las vías causa común, lugar de vida, sueñen y siembren sueños: hagan política de la grande y huyan de catetadas. Asienten futuros y escapen de pasados que solo dieron hambres, piojos y señoritos en calesines o en primera.

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