Religiosidad para soportar la crisis

No es cuestión de poner en duda el verdadero sentido espiritual de la Semana Santa, pero no por ello se pueden dejar fuera otros semblantes que nacen del origen de la conmemoración...

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No es cuestión de poner en duda el verdadero sentido espiritual de la Semana Santa, pero no por ello se pueden dejar fuera otros semblantes que nacen del origen de la conmemoración. Los desfiles procesionales y todo lo que los rodea a lo largo del año son parte de un sentimiento, pero que al transmitirse a la sociedad se convierten en una manifestación cultural, artística y económica. Son días, pues, de fiesta, una fiesta larga que permite los desplazamientos y que los diferentes destinos turísticos esperan como agua de mayo, máxime en tiempos de crisis como los actuales. Son días de gastos por encima de lo normal, aunque lo normal, por las mismas circunstancias, sea gastar menos que el año pasado. Son días que muchos pequeños hosteleros de cada ciudad, en este caso San Fernando donde la Semana Santa tiene un sobresaliente predicamento, esperan para aguantar un poco más hasta el verano. Y eso es lógico y no hay que rasgarse las vestiduras.

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