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El coche invisible

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Hay vehículos de todos los colores, gamas, precios y características, de gasolina, gasoil, eléctricos o aquellos en experimentación movidos por diversas sustancias energéticas . Los que peinamos canas fuimos testigos de las increíbles aventuras del coche fantástico a través de la televisión.
   
Los más jóvenes han podido ver en la gran pantalla algún remake de como Michel Knight, desde su fundación, se dedicaba a combatir el crimen con la ayuda de su supercoche KITT, un artefacto inteligente y hablador con personalidad propia, con un poder hipnotizador que nos hacía vivir increíbles aventuras de la mano de Michel Long que tras una operación de cirugía plástica cambió su apellido por el de Night.

En los últimos tiempos, estamos asistiendo a presuntos casos de espionaje y corrupción que afectan al PP, y podrían llevarnos con nuestra imaginación, a una de esas historias policíacas y de intriga que nos presentan las teleseries más de moda y con más audiencia.
   
Curiosamente en toda esta trama, ni Rajoy, ni Camps, ni Arenas, ni ninguno de los mandamases del PP eran conscientes de lo que ocurría. Ahora nadie conoce a nadie. Nadie sabe de adjudicaciones arbitrarias de suelo para viviendas libres, de locales, de pabellones en Fitur, de contratos o negocios urbanísticos, de facturas a favor de determinadas agencias de viaje, de concesiones de oficina de atención al ciudadano, de contratos de vídeos promocionales, de trajes, de relojes o de organizaciones de bodas y otros eventos.
   
Es más, ante tanta película, resulta sorprendente cómo el personal mira para otro lado, o silba distraídamente como si no fuera con ellos, cuando hemos conocido que el cerebro de la operación, Francisco Correa, se dedicaba a regalar allá por el 1999 un Jaguar a Jesús Sepúlveda, en aquel entonces senador por Murcia y secretario del área electoral del gran líder de occidente, José María Aznar, aunque eso sí el hombre lo niega a golpe de volante.
   
Pero además, para más desconcierto, entre tanto silencio y echar balones fuera, el señor Sepúlveda por aquellas fechas era el marido de la actual vicesecretaria de Organización de los populares; Ana Mato, que cuestionada sobre el prodigioso regalo de lujo, contesta no saber nada y que lo explique su ex consorte.
  
Entre títeres y fuegos artificiales, los espías nunca existieron en la Comunidad de Madrid, y la líder Esperanza Aguirre cierra una comisión en la que han podido hablar lo que les viniera en gana los que presuntamente espiaban o mandaban hacerlo, pero no los espiados. Vamos, una manera de tapar los pecados y perderse en las propias culpas.
   
Estamos ante una nueva teoría de la conspiración, en la que todos, el juez Garzón, policías el PSOE, IU y el resto de los mortales nos hemos inventado unos hechos que jamás han sucedido, porque lejos de lo que ustedes han oído en la radio, visto en la televisión o leído en los periódicos, todo forma parte de una confabulación para acabar con el Partido Popular.
   
Para la cúpula del PP, nada ha ocurrido, y si algunos actuaron lo hicieron por su cuenta y riesgo, ni el señor Correa, ni el Bigotes estuvieron en el casamiento que con boato regio e imperial se celebró en El Escorial entre Alejandro Agag y Ana Aznar Botella, que por supuesto no eran amigos de ninguno de estos sujetos, y si ustedes han visto algunas fotos, son sólo montajes y composiciones.
    
Bueno y si alguien les cita al rata o al albondiguillas, pueden acusarlos de locos, de pobres diablos que les gusta crear personajes imaginarios. Además digan lo que digan los rojillos del PSOE, nunca jamás nadie estuvo en ningún palco presenciando ningún evento deportivo. Todo mentiras, infundios y calumnias.
   
Al final, como somos un pueblo muy imaginativo, pero que está hasta las narices de mercenarios, señoritos y chorizos, nos lo hemos inventado todo, y aquellos que persisten en mostrarnos la tozuda realidad es que son tan malos y perversos, que han urdido una operación producto de su fantasía, llamada Gürtel, y un coche que nunca existió, y en el mejor de los casos era invisible.

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