Por encima de cualquier derecho se encuentra el del niño a recibir la mejor oferta educativa posible. Es importante comenzar por este principio de sentido común, porque algunas veces falta y las familias pretenden ignorarlo en función de la mayor o menor comodidad, e incluso con intenciones de evitar la relación de sus hijos con otros de distinto status social.
Para poder ofrecer lo mejor hay que conocer algo de la persona a la que se le ofrece. Por ello la primera pregunta es ¿conoce la Administración educativa, antes de adjudicar un puesto escolar, las características de los alumnos a los que hay que escolarizar, por obligación o a requerimiento de sus familiares? ¿Podemos aplicar elementos discriminatorios positivos que abunden en la igualdad de oportunidades?, ya que necesariamente conlleva la intención de atenerse a otro principio que lo sustenta:“compensar las desigualdades”.
La educación, desde su dimensión social, que no es la menos importante, pretende dar más a quien menos tiene para evitar desigualdades en la más tierna infancia, provocadas por los contextos socioculturales y económicos. Si este principio no se afirma con rotundidad, ¿cuántos y cuáles son los intereses personales, empresariales, laborales o políticos de la planificación y ejecutoria de la escolarización?
En el caso de que podamos identificarlos debemos seguir cuestionando si estos intereses son coherentes con los principios anteriormente citados. Nos preguntábamos si realmente se conoce a los alumnos a los que hay que escolarizar. Evidentemente, la respuesta en no, si exceptuamos un pequeño número de casos que por conocimientos previos, bien de servicios sociales, médicos o la propia red de orientación escolar, se escolarizan mediante “dictámenes de escolarización”.
Nos referimos a casos de alumnos con necesidades educativas especiales provocadas por características motoras, mentales o sensoriales. En muy contadas ocasiones, y dentro de este pequeño grupo, encontramos alumnos con necesidades educativas especiales generadas por déficit socio culturales o económicos. Bueno, muy bueno sería que antes de escolarizar pudiera la Administración educativa conocer mejor a quienes se les debe ubicar en un puesto escolar, decisión de mucha trascendencia para su futuro.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es