El principal motivo, que la calle está directamente conectada con una vía de servicio paralela a la H-30 desde donde parte de los vehículos que la utilizan vienen con más velocidad de la cuenta, no respetando los 60 kilómetros hora límite para esa vía de servicio, y entrando en Cervantes a velocidades peligrosas.
La calle fue arreglada hace unos tres meses, y desde entonces “hay muchos que se piensan que van por una autovía”, nos cuenta Antonio, propietario del Taller Tartessos allí instalado. Junto a este taller, la vida de la calle la completan tres viviendas habitadas por familias, otro taller mecánico más, un gimnasio y una carpintería de aluminio. Para acabar con el problema, Antonio ha sugerido en diferentes ocasiones a técnicos del Ayuntamiento “la colocación de badenes o bandas sonoras, o lo que ellos crean, pero algo se necesita porque el coche que a menos velocidad pasa lo hace a 60 kilómetros por hora, y hay muchos que entran en la calle a 80 ó 90 kilómetros por hora”. “Hay que tener mucho cuidado”, afirmó Antonio.
Viva Huelva, una vez recibida la queja vecinal comprobó la situación ‘in situ’. Durante una inspección que duró unos 30 minutos, este periódico comprobó que, efectivamente, la mayor parte de los vehículos que acceden a esta calle por la nombrada vía de servicio lo hacen a más velocidad de la cuenta, y no aminoran la marcha hasta que llegan a la rotonda de Tráfico Pesado. “Confiamos en que pronto pongan solución”, concluyó Antonio.
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