El espectáculo, como señalaba ayer la bailaora y coreógrafa, nace de la inquietud, de ese pensamiento filosófico que nos lleva a plantearnos la existencia, el qué somos y a dónde vamos. “Cada uno de nosotros tenemos nuestras raíces. Volví a releer a ciertos filósofos y surgió todo. Siempre me hago muchas preguntas y ahora he pretendido hacer este viaje cíclico. He querido expresar con un baile eso que creo que puedo tener en mi interior”
Siete serán las piezas que ponga en escena Rosario Toledo. Siempre con el apoyo en la dirección de Marco de Ana, la bailaora también se deja caer sobre esas columnas tradicionales del flamencos para trasladarse por las tablas en ese viaje por un lenguaje artístico en el que ha intentado imprimir un sello diferente. Vital también resulta el acompañamiento de Miguel Iglesias, Daniel Méndez, Keko Baldomero y Alfredo Lagos, guitarristas que decoran con belleza musical el paisaje donde el fuego calienta al compás de la seguiriya para dar paso con el aire al homenaje por soleá a Morón de la Frontera, tierra de Méndez.
Agua, claridad y transparencia, alegrías cargadas de tristeza. Contrastes. Encuentro entre Rosario Toledo y Joaquín Grilo. Otro momento para inmortalizar. Y tierra. Con amor terrestre. Taranto y bulerías. Soledad y melancolía. Río que va y viene. Y vuelta a empezar para reflexionar otra vez sobre el fuego en los ojos de la bailaora.
Ciclo ‘De la frontera’
Y de los elementos de la naturaleza a la fusión cultural, a la Babel del flamenco, al ciclo De la Frontera que en la Sala Paúl albergará desde las siete de la tarde el espectáculo Qasida. Dos voces y dos idiomas. Una sevillana y un iraní. Flamenco y música popular persa. Nexo entre Occidente y Oriente. Arte por encima de política. Rosario La Tremendita y Mohammad Motamedi en un recital que esconde muchas raíces ancestrales y que tiene lugar en colaboración con la Bienal de Flamenco de los Países Bajos y la Morgenland Festival Osnabrück.
El elenco artístico de Qasida también está compuesto por la guitarra de Salvador Gutiérrez, la percusión de Luis Amador, las palmas de Bobote y Oruco, el kemanché de Sina Jahanab y el daf de Habib Meftar. “No nos entendemos con las palabras, pero sí con el corazón”, destacó Rosario La Tremendita.
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