Variedad de precios y ofertas muy suculentas

Como suele decirse, hay de todo en la viña del Señor, y como no podía ser menos, hay de todo en las listas de precios de las casetas del recinto ferial Las Banderas en esta edición de 2010, donde la crisis se nota, y mucho, tanto en las ventas como en los productos que eligen los consumidores. Los productos estrellas son sin duda el rebujito y los serranitos, una bebida típica de Feria y una comida rápida y relativamente barata, en lo que a relación calidad precio se refiere. En las casetas, las macetas de rebujito pueden variar hasta en dos euros su precio según sea la caseta en la que se compre, pero eso sí, en la mayoría de los casos oscilando siempre entre los siete y los nueve euros. Algunas casetas, como Échate payá, optan por ofrecer dos macetas de rebujito a diez euros, una oferta muy suculenta que no dejó indiferentes a los consumidores de esta bebida típica que no puede faltar en ninguna Feria.
Aunque se están viendo bien poco en las mesas y barras, los platos de gambas y langostinos están rondando los diez y los doce euros. Otro manjar pueden ser las suculentas brochetas tanto de cerdo como de pollo, que por poco más de seis euros pueden encontrarse en las cocinas de varias casetas. Uno de los preferidos, el serranito, suele rondar los dos euros y medio y los tres y medio, precio relativamente económico que le convierte en uno de los productos estrella.
Entre las ofertas está un atractivo menú del día por ocho euros, un precio que puede llegar a resultar muy económico, al igual que una ración de pollo con pimientos y patatas por 4 euros. Estas son algunas de las ofertas que pueden encontrarse en la Feria, donde la crisis está provocando que muchos tiren de la tortillita, e incluso del bocadillo desde casa y el rebujito para almorzar en uno de los bancos del recinto. “Nosotros hemos comido muy bien y baratito. Lo que hay que saber es buscar bien las ofertitas que ponen y mirar mucho. Por unos quince euros hemos almorzado pinchitos, tortilla y nuestra bebida, la verdad es que no es caro”, explicaban ayer Pedro y Jose, dos gaditanos que como otros, aseguraban que “aunque es caro, al final el hambre hace que acabes pegándote una papa o un bocadillo de la tartana y ahí ni se mira precio ni nada”.

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