Que son excesivos no cabe la menor duda, desde el momento en que se viajó a Finlandia, y luego se tuvo la enorme desvergüenza de intentar justificar aquello como el llevar a ese país el espíritu del doce, para que fuese conocido.
Pero es más, este exceso es aun mayor cuando, al viajar a un país, este se va recorriendo de punta a punta, visitando ciudades en lugar de lo que sería lógico, y seguro que mas eficaz, como es el tener contactos con los Gobiernos de esos países que son los que realmente se tienen que involucrar en la celebración. Claro que, para poder hacerlo de esa forma, tendría que contar con la necesaria y obligada participación del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Uno se queda atónito cuando la aplastante Propaganda nos cuenta lo conseguido en dichos viajes, es para echarse a llorar, lean ustedes con detenimiento lo que cuentan los medios de comunicación y se quedarán patidifusos. En el último viaje la alcaldesa destacaba "la implicación" y "el interés" mostrado por las ciudades con las que ha entrado en contacto. Por ejemplo: al periplo por Chile, la alcaldesa de Cádiz calificó de "reunión alentadora" la mantenida con la ministra de Cultura chilena, que le manifestó su "interés" por todo lo concerniente a la celebración del Bicentenario. De alucine.
Es decir, todo lo conseguido se limita a la futura firma de "algunos" convenios culturales y de posibles hermanamientos. Pues mire, para esos logros mas vale que se quede en casa y nos ahorre a los gaditanos muchos miles de euros que cuestan sus viajes y sus dietas, sumadas a las de sus acompañantes, que pagamos con los bárbaros impuestos que nos pone.
A este paso el Bicentenario se va a convertir en una muestra de artesanía, como las que ponen en San Antonio o en la Plaza de la Catedral, en lugar de algo con verdadera resonancia internacional.
Claro que la cosa no queda aquí, quien se pasa la vida abroncando a otras instituciones, pidiéndoles lealtad institucional, es la gobernante más desleal. No solo ninguno de sus viajes es coordinado -ni siquiera comunicado- con el Consorcio del Bicentenario, organismo creado a nivel nacional para dar relevancia al evento y coordinar su celebración, sino que, una vez realizado el viaje, tampoco se informa o pone en conocimiento del citado Consorcio lo conseguido o tratado.
Ha hecho muy bien Cabaña en denunciar todo esto, un pacto no es una patente de corso para cometer desmadres y abusos. Debe insistir en ello, pues, de ser un éxito, Teófila se colgará miles de medallas, como sea un fracaso acusará al Consorcio y por tanto al PSOE de ello. El resultado de la inacción la tiene bien clara en las encuestas.
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