Todo está ferpecto

¿Y si se dan las clases en el bar?

Al Gobierno no parece preocuparle el futuro educativo. Hay demasiadas preguntas (fechas, refuerzos, ratio, medidas de seguridad) sin respuestas

Publicado: 07/06/2020 ·
15:52
· Actualizado: 07/06/2020 · 22:32
  • Las aulas permanecen vacías aún. -
Autor

Daniel Barea

Yo soy curioso hasta decir basta. Mantengo el tipo gracias a una estricta dieta a base de letras

Todo está ferpecto

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España e Italia, los dos países europeos más afectados por la pandemia, han renunciado a la vuelta al colegio este curso. Bulgaría, también. El resto ha vuelto de manera escalonada en las últimas semanas, extremando las medidas de prevención. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no parece especialmente preocupado por esta situación. Como con el estado de alarma, todo indica que no hay plan b. Apenas dedica un minuto a sus interminables intervenciones televisivas y la educación no encuentra cuelo en una agenda política marcada por el enchufismo, los pactos con los nacionalistas y el debate sobre la responsabilidad del Gabinete en la propagación del virus permitiendo, cuando todo el mundo había hecho saltar las alarmas, las concentraciones multitudinarias del 8 de Marzo. Jo, tía.

Faltan certezas, por lo tanto, aunque el Gobierno autonómico sí ha expresado en incontables ocasiones su voluntad de que los escolares pisen las aulas de nuevo en septiembre próximo. Sin detalles sobre el cómo lo harán. Lo que, a resultas, aumenta aún más la confusión. Es cierto que el futuro inmediato depende de la evolución de la pandemia. Pero la transición a la denominada nueva normalidad debe establecer cuanto antes un primer escenario que sirva a las comunidades autónomas para calibrar cuántos recursos humanos, materiales y económicos habrá que destinar a la vuelta a clases y, a las familias, para anticiparse a las exigencias organizativas.

El parón por el decreto del estado de alarma no va a tener consecuencias irreversibles en el futuro académico de los jóvenes, pero afecta. Pero el confinamiento ha puesto de manifiesto las graves desigualdades existentes en las familias españolas y las deficiencias en el sector educativo. No se trata únicamente del número de dispositivos móviles disponibles por hogar, o si hay conexión a internet y si tiene o no calidad suficiente para soportar la formación a distancia. También ha evidenciado las dificultades de docentes para adaptarse a esta eventualidad y las de las familias, que no tienen las habilidades necesarias para asumir la carga educativa o tiempo suficiente, por dedicarse a actividades esenciales en lo más duro del encierro o por la reincorporación de los padres a la actividad laboral en la desescalada.

De manera que es el momento de hacer balance y tomar decisiones. La crisis originada por la pandemia puede ser una gran oportunidad para apostar definitivamente por la educación. Detectadas las carencias, hace falta voluntad política y presupuesto. Conocemos el número de vigilantes de playa y el generoso (y merecido, no lo dudo) salario que percibirán. ¿Cuántos docentes van a ser contratados para labores de refuerzo el curso que viene en Andalucía? Conocemos perfectamente la normativa de la hostelería, tanto para el dueño del establecimiento como para los clientes. ¿Cómo serán los colegios de la era post Covid? Se han autorizados conciertos de hasta 800 personas. ¿Cuál será la ratio por aula cuando se reanuden las clases? Confío en que las respuestas a estas preguntas no sea autorizar las clases a los más pequeños en un bar. Total.

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