Doñana 50 años

El Rocío sale a la luz

El libro sobre Doñana 'Retrato de una tierra salvaje' de 1958 recoge la romería del Rocío y la divulga por toda Europa.

Publicado: 07/06/2019 ·
11:24
· Actualizado: 07/06/2019 · 13:03
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Autor

Jorge Molina

Periodista, escritor y guionista. Y siempre con el medio ambiente como referencia

Doñana 50 años

Doñana cumple 50 años como parque y es momento de contar hechos sorprendentes

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Se acerca una nueva romería de El Rocío, un peregrinaje que forma parte reciente de Doñana. Habrá quien piense que el siglo XVII no es poca antigüedad, y ciertamente tres siglos son tres siglos, pero no en la escala en la que discurre la naturaleza. En cualquier caso, desde que en 1677 se funda la primera hermandad al margen de Almonte, que fue la de Villamanrique, y hasta este 2019, la romería ha ido creciendo hasta convertirse en algo gigantesco y muy alejado de eso llamado encanto.

La romería de El Rocío se desarrollaba hasta hace poco en la escala de lo cercano, con hermandades venidas desde las tres provincias doñaneras, en realidad solamente de las comarcas cercanas a Almonte. El tránsito de personas no resultaba en absoluto apabullante, y su fama casi no trascendía a la zona. Baste el dato de que en todo el siglo XIX sólo se crean cuatro hermandades.

Otro dato curiosísimo lo aporta uno de los propietarios privados de Doñana en el siglo XX, Mauricio González Gordon, al indicar que en la romería del año 1945, la hermandad de Jerez estaba compuesta por… una persona, en concreto su empleado Rafael Bernal, quien lleva el Simpecado en una caja de madera para que no se estropee y lo desplegará ya en la aldea.

La repercusión internacional de la romería se puede atribuir a los pajareros que empezaban a llegar a Doñana. Fue en 1956 y 57 cuando se realizan las dos expediciones de naturalistas europeos que darán fama internacional al coto de caza. Uno de ellos, el británico Guy Mountfort, escribe el impactante libro ‘Doñana, retrato de una tierra salvaje’, publicado en 1958, y narra cómo un día el guarda del coto Antonio Chico le dice, para su sorpresa, que van a estar fuera unos días, pues es la romería del Rocío.

Como el espíritu aventurero impregna a estos extranjeros, deciden asomarse a ver de qué habla el guarda. Y esto apareció en el libro, en un resumen que he realizado:

“Son 30 las hermandades filiales. Descalzos pescadores de esturión del Guadalquivir y carboneros se mezclan con la nobleza. Las pesadas carretas de ruedas de madera recuerdan las del Oeste, y están pintadas y decoradas con cintas y guirnaldas de flores rosas, amarillas y malva. Las localidades distantes hacen la ida y la vuelta en 3 semanas. Entre quienes realizan el camino se halla la duquesa de Medina Sidonia, Luisa Isabel Álvarez de Toledo, una joven muy atractiva que lleva un modesto traje blanco de montar y un sombrero de ala ancha; la princesa Esperanza de Borbón,  esposa del aspirante al trono del brasil, alta y bella, con un alegre vestido andaluz. También el padre de Mauricio, Manuel González Gordon, que nunca se pierde la romería e hizo el camino desde el poblado de la Plancha hasta el Palacio de Doñana que es suyo en una tercera parte, y de ahí al Rocío. Es un soberbio jinete al que no le importa cabalgar todo el día con 71 años, y todavía gana las carreras de caballos.

La caravana más grande, con 36 carretas, viene de Triana tras 4 días de camino. Fino y manzanilla fluyen como el agua. Sólo los almonteños pueden llevar el paso. De vez en cuando un impedido, una esposa sin hijos o un pordiosero pueden tocar el manto. Al llegar a cada casa hermandad un cura es alzado en hombros y reza la salve a voz en grito”.

Mountfort no lo cuenta, pero es curioso cómo la prensa local se hace eco, que un ingeniero petrolífero de Chevron Oil peregrina con los trianeros, lo llaman ‘el de los sondeos’. Las perforaciones de chequeo las harán en Doñana, en Vetalengua, pero a todo el mundo le parece signo de progreso cualquier asunto relacionado con los americanos. Y no digamos con el petróleo.

La comidilla de la romería, sin duda alguna, se centra en la negativa de Almonte hace unos meses a que su patrona, como todas las de la provincia, fuera llevada a un acto en la capital. Y eso que la petición la realizaba el primer obispo que ocupa la flamante diócesis de Huelva, monseñor Cantero, evidentemente todavía desorientado. Los almonteños le explicaron –por decirlo así- que ‘su’ virgen sólo va a hombros, no en camión, y que como son muchos kilómetros el ir y volver a Huelva…

La situación está tensa en la aldea, pero el prelado demuestra listeza al anunciar en la misa de comunión general que es preciso construir una nueva ermita, pues “esta joya necesita un digno estuche”. Imagino que todos aplaudirían ya congraciados con su reverendísima…

(Más información y fotos en www.donana50.es)

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