Notas de un lector

Miguel Hernández, ayer y hoy

La Fundación Lara recupera “Miguel Hernández. Pasiones, cárcel y muerte de un poeta”, la espléndida biografía realizada por el investigador José Luis Ferris

La entrada  del nuevo año, coincidirá con el setenta y cinco aniversario de la muerte de Miguel Hernández (1910 -1942). Con este motivo, la Fundación José Manuel Lara recupera “Miguel Hernández. Pasiones, cárcel y muerte de un poeta”, la espléndida biografía que en 2002 publicase el investigador y novelista José Luis Ferris.
Esta renovada edición tiene el aliciente de los testimonios aportados por las cartas  de Vicente Aleixandre o de la esposa de Miguel, Josefina Manresa, desconocidas hasta ahora.

    En su introducción,  el propio Ferris anota cual fue -y es aún- su intención y realidad a la hora de pergeñar esta sugeridora obra: “Contar la vida de Miguel Hernández siempre es una aventura: y lo es porque su perfil rompe moldes y derriba normas y estadísticas, se ajusta a un caso verdaderamente excepcional como escritor y como hombre. Devolverlo a su estado natural, a su condición de militante apasionado de la vida, limpio de leyendas, ha sido la labor que ha guiado esta biografía que no tiene otro propósito que enamorar, que enredar al lector en la peripecia vital de un poeta que en sólo doce años de producción (1930 – 1942) justificó su oficio dando a los editores futuros cuatro mil páginas de benditas palabras”.

Con acertado criterio, divide Ferris el volumen en sieteciclos, que van dando cuenta de forma cronológica del acontecer humano y literario del autor oriolano: “Orihuela, 1910”, “Infancia y deslumbramiento (1910 - 1925), “Adolescencia y primeros versos  (1925 - 1931)”, “Primer viaje a Madrid. Perito en lunas (1931 -1933)”, “Asentamiento en la corte. El rayo que no cesa (1934 -1936)”, “El poeta en la guerra (1936 -1939)” y “Persecución, cárceles y muerte (1939 -1942)”.
La atenta mirada del biógrafo se dirige, también, a los múltiples y controvertidos aspectos sociales, culturales, económicos y políticos que vivía España en aquel momento y contribuyen, sin duda, a enriquecer el conjunto mediante revelaciones que van más allá de los aspectos personales del escritor alicantino.

 


Cada relectura de Miguel Hernández devuelve la magia de un poeta tan intenso como estremecedor. Como bien es sabido, su compromiso político con el bando perdedor, le llevó a ser encarcelado en Madrid en mayo de 1939. Cinco meses después, obtuvo la libertad, pero deseoso de volver a su tierra natal y de reencontrase con su segundo hijo -el primero había muerto a los diez meses de vida- no tuvo en cuenta el peligro que le acechaba.
Al poco de su regreso, fue de nuevo encarcelado tras la denuncia de sus vecinos. Condenado a muerte, consiguió -gracias a antiguos valedores, como Cossío- que fuera conmutada la pena. Mas de poco sirvió, pues su peregrinaje por distintas prisiones, Palencia, Ocaña…, minó de tal forma su salud, que moriría en la cárcel de Alicante  el 28  marzo de 1942, a causa de una tuberculosis pulmonar.

     La vida, el amor y la muerte, (“las tres heridas”)fueron sus claves vitales y literarias. Y aún hoy, su verso comprometido  y su indomable carácter mantienen la vigencia de su obra.
Su aliento y su verdad líricas asoman, pues, por estas páginas como complemento esencial para la mejor comprensión y dimensión de su imprescindible legado.

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