Cáritas Diocesana montará dos tiendas de ropa de segunda mano antes de final de año y una de ellas estará en la capital, en la zona comercial del casco urbano.
Así lo ha confirmado a VIVA JAÉN el director de Cáritas Diocesana, Rafael López-Sidro. A través de la empresa ‘Recuperaciones Redoble’ pondrán en marcha un proyecto que se está implantando a nivel nacional. Ya han encargado alrededor de 30 contenedores de recogida de ropa, que con el anagrama de Cáritas, dará confianza a los ciudadanos para depositar las prendas que ya no quieran. Desde Cáritas Diocesana se encargarán de seleccionar las que estén en perfectas condiciones para venderlas en las tiendas.
Implantarán un sistema de entrega de ropa para las familias necesitadas derivadas de las parroquias y para los transeúntes, que recibirán una cartilla con una cuantía económica que podrán gastar en la tienda; pero cualquier jienense puede ser cliente y adquirir una prenda de segunda mano.
La intención es dignificar a las personas necesitadas, evitando centros en los que se hagan colas para recoger prendas de vestir; y concienciar a los usuarios de que hay que valorar la ropa que se les entrega por el valor que tiene.
Los corazones que identifican el anagrama de Cáritas tienen un nuevo significado, desde hace casi un año. En el Baúl de Cáritas, sito en la calle Santa Clara, número 6, ya no se regala la ropa, sino que se puede comprar con ‘corazones’, la moneda social que Cáritas Interparroquial ha implantado para que las personas con necesidad que atienden en las parroquias puedan ‘comprar’ la ropa y los productos de higiene que necesiten. Así, las familias aprenden a adquirir prendas, siempre en buen estado, pero con responsabilidad y sabiendo el valor que tienen.
A los usuarios se les entrega una cartilla, renovable cada tres meses, de la que se le van descontando los corazones que gastan. Cada familia cuenta con 100 corazones y por cada miembro se les da otros 50 corazones. Así, una familia con cuatro miembros tiene 300 corazones para gastar. “Las familias están aprendiendo a adquirir ropa y a llevarse lo que necesitan”, asegura Ana Romero García, la coordinadora del Baúl de Cáritas.
Un equipo de 40 voluntarios se encarga de recoger la ropa y clasificarla. Un mostrador separa a los usuarios de los voluntarios, que les enseñan las prendas, colocadas en percheros y estanterías. “Nos piden lo que necesitan. Nosotros se lo enseñamos. Si les gusta, lo compran con sus corazones. La ropa que damos está en condiciones. Buscamos dignificar a las personas, y tan digna es la que recibe una prenda de segunda mano como la que la da”, reconoce Romero.
Las camisetas, camisas, camisones, toallas y zapatos usados cuestan de entre 5 y 10 corazones. Los pantalones, hasta 15 corazones, y las colchas y mantas entre 30 y 50 corazones. Los zapatos y prendas de vestir nuevas, entregadas por empresas, tienen un valor superior. “Las prendas con más corazones son la que son de mayor calidad y las más demandadas”, reconoce Ana Romero.
La experiencia lleva funcionando un año y además de ropa, se pueden comprar productos de higiene, personal y para el lavado de la ropa.
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