Un nuevo 18 de diciembre. Esta vez de 2014. Cada 18 de diciembre y hasta 2012, cada mañana en sus bancos y sentado, Ignacio Bustamante Morejón, antiguo hermano mayor, observaba con paz y detenimiento a su querida Virgen de Gracia y Esperanza Coronada. Era una fecha señalada en el calendario, tan importante como el Martes Santo y nunca faltaba. El trágico accidente de tren de Santiago aquella tarde de julio, se lo llevó de esta vida. Son muchos los cofrades quienes recuerdan sus últimas palabras, gestos y momentos antes de partir para ver al apóstol. Pero esta fiesta de la Esperanza ha sido distinta. Gran belleza de las titulares de Huerto, en la Pastora, y Expiración, en San Francisco. Medidos y exquisitos exornos florales, y muchos fieles en San Francisco, donde la Esperanza del Silencio, fue objeto de numerosos besos.
Ofrendas y gestos humanos que se mantienen inalterables a lo largo de la historia.
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