Cuando marcaban las seis de la tarde de este sábado el reloj de la Catedral de Huelva, las puertas se abrían para que comenzara el traslado procesional de regreso al Polvorín de Nuestro Padre Jesús de la Humildad tras los cultos extraordinarios celebrados con motivo del 75 Aniversario Fundacional de la corporación. Antes de la salida, el Hermano Mayor de la Hermandad de la Victoria entregaba al Ilmo. Sr. D. Daniel Valera Hidalgo, párroco de la Iglesia de Nuestra Señora de la Merced y Canónigo lectoral del Cabildo catedralicio de Huelva, un presente en agradecimiento por todas las atenciones y facilidades recibidas durante el tiempo que esta Hermandad ha permanecido en el primer templo de la ciudad. Posteriormente, era el mismo párroco quien hacia la primera levantá del paso y comenzaba a desfilar el cortejo compuesto por la cruz alzada, Hermanos con cirio, la representación de la Hermandad del Señor de Clarines de Beas y las de las hermandades de nuestra parroquia, y, seguidamente, la Hermandad de Nuestra Señora de la Cinta y la junta de gobierno del Consejo. Precediendo el paso de Nuestro Padre Jesús de la Humildad, el estandarte de nuestra corporación y su Junta de Gobierno, y, en su presidencia, el Hermano Mayor acompañado del presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, el Teniente Coronel de la Guardia Civil y nuestro Hermano de Honor D. José Luis Alburquerque Lopera, coordinador del 75 Aniversario.
Al paso por la Iglesia de la Purísima Concepción, el párroco y vicario delegado diocesano para las hermandades y cofradías, el Ilmo. Sr. D. Diego Capado Quintana, acompañado del diacono así como por los hermanos mayores y juntas de gobierno de todas las hermandades de penitencia y gloria del templo, recibían y mostraban sus respetos al Señor de la Humildad, al tiempo que le hacían una ofrenda floral. Escoltado en todo momento por un piquete de guardias civiles vestidos con el uniforme de gran etiqueta que estrenaran el día de la Coronación Canónica de la Virgen de la Victoria, tomaría entonces el camino que lo llevaría a su encuentro con las Hermanas de la Cruz, durante el cual fue recibido por la Hermandad de San Francisco. Una vez en Plaza Niña, las Hijas de Sor Ángela abrieron de par en par las puertas de su convento para recibir al Señor con oraciones y cantos, tras los cuales la Hermandad quiso mostrarles también sus respetos entregándoles flores.
Cruzaría el arco del Barrio Reina Victoria a los sones de ´La Rosa de los Vientos´ de la Banda de Cornetas y Tambores Jesús Nazareno, para llegar a su barrio del Polvorín y reencontrase con su Bendita Madre. En el altar mayor de la parroquia, aguardaban su llegada todas las representaciones de las hermandades que participaron en el traslado, para, una vez arriado el paso en el interior del templo, proceder a un acto de acción de gracias por estos ya 75 años cumplidos.
Nuestro Padre Jesús de la Humildad procesionó por las calles de Huelva rodeado de una ingente multitud que dificultaba el andar del paso. Podemos decir que toda Huelva lo acompañó. Después de un entrañable recorrido, sobre las once y media de la noche, hacía el Señor su entrada triunfal en el templo.
Con los sentimientos a flor de piel, con millones de recuerdos imborrables de todas y cada una de las personas que en algún momento de estos 75 años dedicaron un poco o un mucho de su tiempo a engrandecer esta bendita Hermandad, y con la mayor de las gratitudes hacia quienes un día emprendieron esta victoriosa hazaña, se entonaba el canto de la Salve Regina a la Santísima Virgen de la Victoria, porque nunca nadie podrá olvidar que `todo lo hizo Ella y todo surgió con Ella´...
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