El azar ha provocado que la vivienda de la calle Pozo Hondón sorteada por el empresario Luis Escribano se haya quedado en su propiedad, ya que sólo ha logrado vender el 30 por ciento de los números. El empresario asegura que ha obtenido un beneficio de unos 30.000 euros; cantidad que rebajará al precio de partida de la vivienda, que fue de 150.000 euros, con lo cual ahora costaría 120.000. Escribano asegura que ha obtenido un beneficio mínimo, ya que de esos 30.000 euros ha tenido que pagar una elevada cantidad en concepto de impuestos, publicidad y otros. La vivienda en cuestión no será sorteada de nuevo como hubiera sido deseo del empresario llegado este caso, ya que la experiencia no le ha resultado beneficiosa desde el punto de vista económico. Escribano, eso sí, ha vendido las papeletas por multitud de lugares de la geografía española. Su curioso sorteo ha creado un precedente en época de crisis y levantó en su día un importante revuelo social.
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