Discurría plácidamente la tarde dominical. Mientras los malos, los insidiosos, los chungos, los de la izquierda desobediente, los amigos de los saharauis, los indignados, los perroflautas, los que dicen que son de abajo, los de la mayoría del 99%, los populistas, los amigos subvencionados de Venezuela, los equologistas radicales y otras gentes de mal vivir, disfrutábamos demoníacamente del arrasador triunfo de esos rebeldes de Syriza, que habían conseguido engañar a los griegos para alejarles del bien común que la troika, Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo y Comisión Europea (aunque a mi me suena a trineo ruso y siempre tirado por los mismos animales, vagos e inconformistas), en su magnanimidad y cariño por sus inferiores, sabiamente nos habían marcado, cuando una noticia, no por esperada menos desagradable, sembraba inquietudes en quienes nos la prometíamos muy felices con el irreverente éxito de Tsipras. Lo que la bien educada prensa del RÉGIMEN (mira que les jode que llamemos así al régimen que tenemos encima), porque nosotros nunca estamos contentos con nada, califica muy sutilmente de “Desgrecia”.
Pues sí, en estas estábamos cuando la Presidenta de la Junta, Doña Susana Díaz, se arrancaba por peteneras y, como ella es tan buena, para salvar a Andalucía de la “inestabilidad” que han provocado esos de IU, que cómo se le ocurriría a Griñán pactar con gente así. (¡Ah! Me olvidaba, que si no Andalucía la Rosa hubiera caído en las garras del PP. ¡Qué cabeza la mía!- pensaba la Doña), convocaba nuevas elecciones para el 22 de Marzo. Poco más allá, en menos de dos meses, a mediados de Mayo, teníamos convocadas las Municipales y, ¡anda!, también las autonómicas. Pero cómo vamos a mezclarnos los andaluces con el resto ¡Qué importa la salvajada de dinero que podríamos habernos ahorrado si la campaña hubiera sido la misma de hacerla coincidir en Mayo. Hay quien habla de 5 millones de euros, ¡qué lenguaraces!, además ¡qué es eso para Andalucía, si aquí nos sobra!
Pero como nosotros, los malvados, los citados al principio, no estamos contentos con nada, entre los posts facebookeros de satisfacción por Grecia, empezamos a saludar a nuestras elecciones en la red con cariñosos comentarios a tan sabia decisión. Hubo entre ellos quienes le dedicaron cariñosamente una canción, “Susanita Tiene un Ratón” y entre tanta entrada, asomaban a las ventanitas de la red social el cariño de las andaluzas y de los andaluces; alguien inocentemente decía que “Susanita tiene un marrón”. Había quien la felicitaba por no haber aprobado más que 2 de las 28 leyes comprometidas con IU, a esos enemigos de Marruecos les iba a hacer caso ella, hasta ahí podíamos llegar. Había también quienes la ensalzaban por el detalle de poner en la Diputación Permanente del Parlamento Andaluz, o sea con la condición de aforados a tres honrados diputados socialistas que la jueza esa quiere imputar por tontadas como esa de los ERES o de los cursillos de formación, que todo el mundo sabe que no van a ningún sitio. Otros, incluso, consideraban muy acertada la decisión de nombrar las vacantes de la Cámara de Cuentas, con la legislatura terminada con el apoyo de Moreno Bonilla y asegurarse el control hasta 2017, pendiente de actualizar desde hace años, sin esperar los resultados de las próximas elecciones. Entre estos malos malísimos había quienes eran capaces de sospechar que Doña “Susanita Tiene un Ratón” (perdón doña Susana, ¿En qué estaría yo pensando?) había convocado las elecciones a sabiendas de que tenía buenas perspectivas electorales, confirmadas por Invymark, y que cogía a PODEMOS en mantillas. Así obtendría unos buenos resultados que comparar con las malas expectativas a nivel nacional del PSOE en las municipales y vería reforzada su postura para la candidatura a la Presidencia del Gobierno nacional. ¡Qué mal pensados! Decir que esta mujer es una trepa con el “áge” que tiene y lo amable que es.
Algo diré yo, ¿tendrá tan fácil encontrar con quien pactar con lo malos que somos? Al menos, Manuel Cárdenas ya les ha dicho que sí. Es que no hay nada como el arrepentimiento.
Nada, que entre redes sociales, elecciones y efectos, este domingo me ha durado hasta hoy martes. Es que los malos malísimos estropeamos hasta el calendario. ¡País!
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