Un tesoro de Jaén llamado casco antiguo

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Jaén está construida en una zona que cuenta con asentamientos humanos constatados desde la edad del cobre, por lo que encierra un patrimonio histórico de valor extraordinario, aunque quizás demasiado desconocido y desaprovechado. Si hay algo de lo que podría presumir nuestra ciudad, es de su Casco Antiguo, que abarca desde La Magdalena, San Vicente de Paúl, La Merced, Sagrario, El Arrabalejo, San Bartolomé, San Juan y la Judería. Una zona privilegiada para vivir y también una joya para el turismo y la generación de riqueza y empleo sostenible y no deslocalizable, pero que no se le está dedicando la atención que debería desde quienes tienen la responsabilidad de cuidar y poner en valor este importante espacio de nuestra ciudad.


Cuando visitamos otra ciudad, por lo general nos gusta conocer su historia y su pasado, y una parte de esa riqueza cultural, que es un atractivo para el visitante, se esconde en su casco antiguo. ¿Alguien piensa que los turistas vienen a Jaén a gastar su dinero en centros comerciales? En Jaén tenemos un tesoro, pero no se cuida como debería. Calles triste y descuidadas que no invitan al visitante a pasear y a buscar rincones con encanto. Lo que tenemos es falta de mantenimiento público, la limpieza de las calles descuidada o una iluminación insuficiente, que hacen poco atractivo nuestro Casco Antiguo, a pesar de lo fácil que sería cambiar la situación con un poco de interés y voluntad política para trabajar en beneficio de los vecinos y vecinas que viven en él, así como para la reactivación económica en estos barrios con nuevos comercios, actividades culturales permanentes o establecimientos hosteleros que podrían generar una importante bolsa de empleo en el sector servicios, un sector que ocupa más del 75% del empleo de la ciudad.


Apostar todo a la Catedral (destinando sólo 86.000 euros a sus techos en los Presupuestos Generales del Estado), sin cuidar el entorno, desatendiendo a los vecinos, sin escuchar lo que demandan los visitantes y desperdiciando las oportunidades para generar empleo, es un error que sufriremos en 2015, otra vez.

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