En las veces que he estado en la Sala de tratamiento de las Urgencias del hospital de Jerez nunca había presenciado lo que vi ayer. Una auxiliar limpiaba los sillones vacíos para prepararlos para los próximos pacientes. Cuando lo corriente es que se levante una persona y se siente otra sin más protocolo. Una de dos, o esa profesional es una persona limpia o han reparado por fin en la falta de higiene.
En la comodidad no, a esa no se ha llegado. Los antiguos sillones grandes que acogían como camas han sido sustituidos por los mismos que hay para sentarse en las habitaciones, simples e incómodos. Te encuentras con enfermos que piden por favor que se les deje caminar un poco porque no pueden soportarlos más y que tienen que resignarse porque está contraindicado con su cuadro. Sentarse allí durante más de cuatro horas es literalmente insoportable.
Se puede tener aún más mala suerte y encontrarte con que el reposapies no funciona. Cuando te toca te toca.
Las sillas de ruedas, algunas prehistóricas, esas no las he visto limpiarlas, hay que esperar un rato a que alguna esté disponible y tienes suerte de que tú culo sea desplazado donde lo fue otro.
La sala de espera tenía todas las localidades ocupadas, había gente de pie, claro que ningun@ pidiendo la hoja de reclamaciones.
Estamos pasando por todos los aros, Urgencias insuficientes completamente saturadas, donde hay que pasar muchas horas antes de ser atendidos y una Atención Primaria donde tienes que esperar de dos a tres semanas para que te vea tu médico. No es de extrañar que cuando te toque la consulta no vayas porque estás curado. Me río por no llorar de las cifras de la gente que falta, si es que es un desatino.
¿Dónde se ha quedado el Salud responde? Ya no dice nada, salvo que no hay citas disponibles, un sistema que era un orgullo. Tampoco puede responder el Centro de Salud porque el personal administrativo tiene un montón de pacientes esperando para gestionar sus citas. También allí hay un papel con un número indicando cuantos cogieron vez y no la usaron, ciento sesenta y cinco, por ejemplo. Resuelvo el enigma, se tuvieron que marchar a recoger los niños del colegio, al trabajo, a su vida, porque llevaban horas allí y volvieron en otro momento, esperando que hubiera menos gente, no es que dejaran de necesitar los servicios.
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