Esta frase con la que comienzo el artículo es de Mary Wollstonecraft que en 1792 publicó Vindicación de los derechos de la mujer, denunciando el estado de ignorancia y dependencia civil de las mujeres y la necesidad de implicar a los legisladores,val Estado y a la sociedad en la creación de una conciencia social. Me ha parecido oportuno recuperarla porque hay mucho engaño sobre qué es lo que quieren las mujeres feministas y seguimos queriendo lo mismo que hace casi tres siglos., empoderarnos, tener poder sobre nosotras mismas, nada más que eso.
Todos los que se dedican a hacer propaganda en contra diciendo que queremos que se inviertan los papeles sólo quieren enturbiarlo todo y lo consiguen a menudo. Tú le preguntas a un joven si es feminista y te dice que no, le dices que si quiere que las mujeres tengan los mismos derechos que los hombres y te sueltan: “hombre, sí claro”. De esa manera está vilipendiado el término feminista.
También se ha tocado la enorme lacra que sufrimos, las muertes de las mujeres en manos de los hombres, queriéndola pasar de violencia machista a violencia familiar. Qué violencia familiar si las que mueren son las mujeres, son casos en los que el hombre mata a su pareja. Así quieren tapar esta vergüenza que llena los diarios casi todos los días y las plazas de los pueblos reivindicando que nunca más.
Vivas nos queremos, dicen las pancartas contra la violencia machista, debe ser un insulto muy grande para quien quieren sustituir los feminicidios por violencia familiar, de esa manera las noticias quedarían diluidas y no destacarían tanto el número de mujeres muertas a manos de sus parejas. Por estas cosas tan graves, entre otras, luchamos las feministas del primer mundo, las del resto tienen aún un camino más largo por recorrer en la lucha por los derechos civiles que sus legislaciones tienen cedidos a sus maridos y por los que le recorta el estado, sin embargo eso no significa que estén paradas, luchan exponiendo sus vidas.
En Irán hay una policía religiosa que entre otras cosas, vigila si llevas el velo bien puesto, por eso detuvieron a Mahsa Amini, la llevaron a la comisaría, la torturaron y a las dos horas ingresaba en coma en el hospital donde murió. Mujeres y hombres iraníes siguen manifestándose en contra de estas leyes represivas, estas personas son feministas. Es lo que más teme este tiránico Gobierno, una revolución feminista.
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