Atando Cabos

Odiadores

Me refiero a los hater: personas que a través de las redes sociales se dedican a denigrar, discriminar y colocar mensajes ofensivos

Publicado: 29/11/2023 ·
10:35
· Actualizado: 29/11/2023 · 10:35
Autor

Remedios Jiménez

Licenciada en Historia, docente jubilada, integrante del Aula Atenea del Ateneo de Jerez y de varios clubes de lectura

Atando Cabos

Una mirada sobre lo que nos pasa día a día, bajo los titulares de la incesante actualidad

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Siempre que exista una palabra en español, en este caso odiadores, la elegiré antes que, a una inglesa, aunque ésta le suene más a la mayoría. Me refiero a los hater: personas que a través de las redes sociales se dedican a denigrar, discriminar y colocar mensajes ofensivos o de odio a cualquier persona o empresa.

El odiador busca a una presa sensible a su veneno, eso es todo lo que desea y le basta con que el ánimo de la persona detestada esté un día vulnerable. Entonces triunfa, todo lo que ha de hacer es perseverar.

El denigrado, durante muchos días pudo haberse reído de lo que decían de él o ella, haberse sentido invulnerable, de hecho, hay personas que no caen nunca, pero puede llegar un día malo, en el que duden de sí mismos y por ese resquicio se cuela el odiador.

Muchas personas para evitar eso renuncian a las redes sociales, se sitúan lejos del alcance de estos miserables. Por mucho que se diga que los que publican tienen un problema personal, eso no consuela a nadie.

En la vida diaria todos nos encontramos gente que se agarran siempre a lo negativo, nunca ven nada bueno y tenemos que aguantar que nos hagan daño con sus críticas porque por algún motivo no le podemos hacer frente o mejor porque valoramos que no nos merece la pena porque sería como darles importancia. Eso pienso yo respecto a lo que le dijeron a Iker Casillas por poner una foto de Sara Carbonero y su primogénito: “Tíralo al agua a ver si flota, topo”. Iker le contestó:” Tienes que ser un hijo de la gran puta para poner ese comentario. Espero que tengas la vergüenza de pensar tres minutos lo que has escrito. ¡Gilipollas!”. No merecía la pena responder a ese desgraciado, no servía para nada sino para un desahogo.

Desahogarse puede ser bueno siempre que no se caiga más bajo que el que insultó, tiene que ser algo bien escrito, con educación, que muestre que no vamos a seguir permitiendo que se nos trate mal, pero con mucha corrección.

Eso es algo que puede ponerse en práctica con el compañero o compañera de trabajo que te cuestiona, respóndele un día de esa forma y verás como borra su crítica en un plis plas. Los mensajes contra empresaspueden ser casos de competencia desleal.

Pido por favor que salgamos de la Edad Media y acabemos con el refrán “cuando el río suena, agua lleva”, hace que perviva la Inquisición.

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