En ese sentido, la vía gaditana con mayor concentración de puntos negros es la CA-33, con un total de cinco, (la mitad de ellos, ubicados entre Cádiz y la curva de Torregorda (puntos kilométricos 1,4, 2,5 y 2,9). En estos puntos negros, que abarcan tramos de cien metros, se han producido un total de tres accidentes en cada uno en lo que va de año, salvo en el último en que se produjeron cuatro.
En cuanto a la N-443, el número de puntos negros registrados por la Dirección General de Tráfico, asciende a tres. El primero de los cuales está en el punto kilométrico 0,1, junto a la salida de la gasolinera, en el que se han contabilizado este año un total de seis accidentes. Este punto negro abarca un tramo de 400 metros en ambos sentidos de la circulación. Poco más adelante, en el kilómetro 2,8 pasado el puente José León de Carranza, se ubica el segundo punto negro de esta vía, donde también se han producido seis accidentes este año. El tercero de los puntos negros se sitúa en el punto kilométrico 3,6 donde se contabilizan hasta ahora tres accidentes. En la tercera vía de acceso a Cádiz, la N-IV el número de puntos negros asciende a cinco, aunque se sitúan en puntos kilómetros más alejados que en el resto de vías (p.k. 634 (9 accidentes), 635 (tres accidentes), 636 (7 accidentes), 638 (tres accidentes), 640 (tres accidentes). Desde enero de 2009 El Ministerio de Fomento lleva señalizando los 776 tramos de concentración de accidentes (TCA) que ha identificado en la Red de Carreteras del Estado (RCE), en algunos de los cuales se instalan además radares para advertir a los conductores de su peligrosidad y de la velocidad a la que circulan.
Un proyecto que tiene un presupuesto de 1.200 millones de euros en actuaciones que se ejecutarán hasta 2012.
Los TCA sustituyen, en terminología, a los denominados puntos negros, aunque éstos no tienen en cuenta el flujo de vehículos y su longitud es superior a un kilómetro.
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