El PP sufre un castigo implacable: -524.665 votos en Andalucía; -48.221 en Jaén y -9.849 en la capital del Santo Reino, Linares, Andújar... suma y sigue. Y no por esperado deja de ser sorprendente. No han querido leer el mensaje ciudadano después de las elecciones europeas y con toda seguridad no querrán leer adecuadamente los resultados de estas elecciones andaluzas, aunque es bien sencillo. La culpa será de cualquiera menos de quien tiene que asumirla. Ninguna autocrítica. Lo he manifestado en muchas ocasiones desde este pequeño espacio de opinión: si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo. Y en el PP siempre lo mismo y siempre los mismos. El votante tenía ganas de castigar al PP. Y así ha sido. Y además esa indignación la hemos sufrido muchos militantes con insultos, descalificaciones y otras lindezas por la calle y en ciertos establecimientos.
El PP se desploma, aunque se estaba esperando. En las últimas autonómicas andaluzas el PP ganó por 40.000 votos, que no fue suficiente para gobernar. Ahora ha perdido 524.665, una cifra más que llamativa que debería forzar urgentemente a la reflexión. En las próximas municipales y autonómicas puede ocurrir algo parecido si no se toman medidas urgentes. Y sobre todo reflexionar sobre la necesidad de recuperar ciertos valores perdidos, que su electorado, ha castigado.
Es necesario si se quieren ganar las próximas elecciones municipales movilizar a los desencantados, que son muchos, algunos de los cuales, ya se han ido del PP aburridos, enfadados, ninguneados, vituperados, engañados.. Es prioritario hacer todo lo posible para que vuelvan. La maltrecha clase media y especialmente los jóvenes ya se han ido. Muchos han dejado de votar a sus siglas de siempre, decantándose mayoritariamente por un partido como Ciudadanos que representa una opción moderada de cambio, y cuyo secreto del éxito no es otro que un programa basado en el sentido común y en la búsqueda del progreso de una España unida, liberal y moderna; un modelo bien parecido al que persigue desde hace 30 años el PP. Otros muchos se quedaron en casa, cabreados, e incluso votaron al PSOE, ante el pavor de una irrupción imparable de Podemos, que junto a la recuperación económica parecen ser las únicas consignas a divulgar. Error. Para suturar las heridas que la corrupción y sus medidas contra la crisis han provocado entre los votantes del PP hace falta acompañar esos argumentos de un compromiso de acción regeneradora de las instituciones, y no siempre los mismos con el mismo mensaje.
El candidato del PP Juanma Moreno partía con el estigma de la derrota. Colocarlo a última hora por obra y gracia del 'dedazo' de Moncloa ha resultado ser un experimento penoso. Gran parte de los militantes rechazaban la forma, los modos y la tardanza de la designación. Hizo una campaña electoral eficaz pero insuficiente. Y tuvo que apechugar con el pesado fardo de tres años de gobierno central de recortes y ajustes económicos para poder salir de la ruina en la que dejó este país el innombrable Zapatero.
Ahora todo son paños calientes al cataclismo del PP en Andalucía: "Estas elecciones no son extrapolables…". Se sigue sin querer ver la realidad, ¡pues adelante y a seguir haciendo lo mismo!
Andalucía no cambia. En esta tierra, el PSOE sigue siendo La PSOE. Algo consustancial con esta tierra. Yo creo que el PP no gana en Andalucía aunque el candidato fuese Felipe González. Pero ojo con la chatarra.
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