Pocos trajes regionales pueden presumir de contar con un salón de moda en torno a él con más de 32 desfiles a los que acuden no sólo el público andaluz para saber qué se llevará en la próxima Feria, sino extranjeros amantes del baile flamenco atraídos por los volantes que ven moverse en los escenarios.
El Salón Internacional de la Moda Flamenca (SIMOF) cumple este año su XXIV edición con más de 50 diseñadores de trajes de flamenca y todo tipo de complementos -mantones, flores, zapatos o pendientes- que conforman una industria tan específicamente andaluza como potencialmente internacional, a tenor de la cada vez mayor presencia de público, periodistas y empresas extranjeras.
El Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla acoge hasta el domingo esta cita y, según su gerente, Jesús Rojas, no sólo ha aumentado la venta de entradas a público de fuera, "principalmente turistas que aprovechan su visita a Sevilla y al enterarse quieren ver un desfile de moda flamenca", sino que empiezan a tener propuestas de operadores turísticos alemanes e ingleses para comercializar un paquete específico de viaje a la ciudad con desfile incluido.
La veterana diseñadora Lina fue la encargada de abrir la pasarela principal, con una colección en la que han dominado por un lado trajes clásicos en rojo, blanco y negro con una colección de estampados de flores y tejidos vaporosos que, según ha explicado a Efe Rocío Montero, de esta firma, "pretende ser un homenaje a la primavera sevillana" durante la que se celebra la Feria de Abril.
Tras Lina, SIMOF acogía también un desfile de la diseñadora Aurora Gaviño que ha abierto la modelo italiana Antonia Dell'Atte y en el que ha acaparado la atención de la prensa rosa la hija adoptiva de Rocío Jurado y José Ortega Cano, Gloria Camila, sobre la pasarela y la de Agatha Ruiz de la Prada, Cósima, como espectadora (eso sí, vestida de flamenca multicolor).
Gaviño ha apostado por las combinaciones de múltiples colores en un mismo traje y por dar la vuelta a un complemento como el mantón, con la parte en pico para atrás. Ha cerrado su presentación con seis vestidos de novia, uno de ellos con bordados inspirados en los de los mantos de las Vírgenes de Semana Santa.
Más trajes lisos y estampados que de lunares, mangas siempre largas, cerrados por delate y escotados por detrás y talles altos para faldas amplias combinados con el traje entallado hasta las rodillas que domina en los últimos años han sido algunas de las notas comunes en los diseños sobre la pasarela.
En cuanto a los complementos, los ramilletes en el pelo han desbancado por completo a la flor única y los pendientes alcanzan tamaño XXL.
Pero si el traje de flamenca da para todo un salón de moda de cuatro días es precisamente por su versatilidad, que permite ver en la pasarela hasta cinco o seis trajes del mismo color y tejido pero ninguno igual.
Lisos, de lunares o estampados; sin volantes, con apenas dos o tres o hasta siete u ocho; con encajes o bordados son las múltiples posibilidades que pueden verse en SIMOF, en el que participan diseñadores específicos de moda flamenca junto a otros que han llegado a este mundo desde otros sectores como la moda nupcial o incluso deportiva.
Es el caso de Asen Aranda, una sevillana afincada desde hace años en Suiza dedicada a diseñar los trajes del equipo nacional de patinaje artístico y que participa en SIMOF por primera vez con una colección de trajes de flamenca hechos en la misma licra que usa para los patinadores -adornados con cristales de Swarosky- y que no llevan ni cremallera.
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