La Guardia Civil ha detenido a una pintora vecina de Los Palacios y Villafranca (Sevilla), que, aprovechando que estaba sola en las viviendas realizando su trabajo, sustraía joyas de sus moradores, que vendía rápidamente en establecimientos especializados para obtener dinero en efectivo.
Según ha informado la Guardia Civil en un comunicado, agentes del puesto de Los Palacios tuvieron conocimiento el pasado diciembre de la denuncia de una vecina de la localidad que informaba de la sustracción de joyas que tenía en el interior de su domicilio por valor aproximado de 4.000 euros.
Iniciada la correspondiente investigación, en el marco de la Operación Pintora, las sospechas sobre la autoría recayeron en dos personas que entre los días 29 de noviembre y 3 de diciembre anteriores estuvieron trabajando en la vivienda realizando labores de pintura, dándose la circunstancia de que en otro episodio anterior también se produjo la sustracción de joyas por valor de 3.000 euros en la vivienda de una familiar que también las empleó para el mismo cometido.
En base a lo relatado, la Guardia Civil centró la investigación en una de las mujeres contratadas para pintar las casas de las denunciantes, M.C.E, de 44 años y vecina del mismo municipio, a la que le figuraban un total de 56 operaciones de venta de oro desde el año 2012 en diferentes establecimientos de la localidad, en las que recibió un total de 12.123 euros, siendo un volumen de ventas de oro del todo exagerado.
En la revisión de contratos se comprobó cómo vendió joyas idénticas a las descritas por las denunciantes que las reconocieron como propias, haciéndoles entrega en calidad de depósito de las que aún obraban en los establecimientos, no pudiendo hacerlo con las que ya habían sido fundidas al transcurrir el plazo legalmente establecido para ello.
La mujer reconoció en dependencias oficiales los hechos cometidos y fue detenida como presunta autora de un delito continuado de hurto de joyas en interior de viviendas habitadas, alcanzando lo vendido en estos últimos casos un valor de 2500 euros.
A lo largo de la investigación se constató que la mujer durante su jornada laboral, además de pintar los domicilios donde era contratada, presumiblemente hurtaba diferentes joyas de oro, las cuales vendía posteriormente en establecimientos de compro oro de la localidad.
Los propietarios no se percataban de la sustracción en el momento de cometerse al no ser elementos de uso diario, haciéndolo ya transcurrido bastante tiempo con lo que era difícil sospechar de la presunta autora.
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