San Fernando

"Si las piedras hablaran... lo harían con el lenguaje de los dioses"

Una "magistral conferencia" era el tema de los comentarios que se escucharon tras la intervención de la doctora en Filología Clásica, María Elena Martínez.

Publicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Cargando el reproductor....

 Una "magistral conferencia" eran el tema de los comentarios que se escucharon tras la intervención de la doctora en Filología Clásica, escritora y vocal de la junta de gobierno de la Real Academia de San Romualdo de Ciencias, Letras y Artes de San Fernando, María Elena Martínez Rodríguez de Lema, en el último acto de la Institución.

 Si las piedras hablaran, un título que recuerda a una de las mejores series de televisión de todos los tiempos, escrita por Antonio Gala, le sirvió para ofrecer una visión histórica de las inscripciones existentes en varios destacados monumentos isleños como la Carraca y el Puente de Ureña.

Martínez Rodríguez de Lema comenzó su conferencia con un repaso sobre los orígenes de la epigrafía, la ciencia que estudia las inscripciones o los escritos antiguos grabados en una superficie resistente, como costumbre desde la antigüedad entre las diferentes civilizaciones, culturas y épocas. Hoy día, explicó la disertadora, se siguen colocando inscripciones sobre edificios públicos o templos buscando la solemnidad y el prestigio que una inscripción latina confiere.

En este sentido citó el histórico Puente Zuazo de San Fernando, «nuestro monumento más antiguo y emblemático que poseemos, durante milenios el único punto de unión de La Isla y Cádiz con el resto del mundo», y lamentó que, a pesar de lo que las piedras de este puente «podrían hablar» para conocer pormenorizadamente la historia, no exista documento epigráfico en él. Algo que, como María Elena Martínez explicó, sí sucede con otros enclaves de la ciudad, centrándose en su conferencia en dos de ellos muy relacionados entre sí: el puente de Ureña y la puerta del mar del Arsenal de la Carraca.

El primero, «milagrosamente conservado y de gran belleza», es uno de los vestigios de las actuaciones que se llevaron a cabo en el siglo XVIII en el ámbito del ambicioso proyecto borbónico como parte de la transformación de la Real Isla de León para convertirse en capital de Departamento Marítimo. La conferenciante señaló que las pretensiones pasaban por construir prácticamente «toda una nueva ciudad dentro de la Isla de León».

Sobre las piedras clave de cada uno de sus lados se puede observar los efectos de la epigrafía y en ello se centró Dª María Elena Martínez. En la cara de levante se lee el texto «Reinando Carlos Quarto Año de MDCCXCII«, un elemento que actualmente se encuentra muy desgastado. En la otra cara -expuso la disertadora- aparece la siguiente leyenda: «Urbem quam statuo vestra est subducite naves«, explicando que se trata de dos fragmentos de versos de La Eneida de Virgilio. Rodríguez de Lema expuso su teoría defendiendo la idea de que aquellos hombres que protagonizaron la Ilustración isleña y que realmente eran conocedores del latín, antes de decidir qué frase presidiría la cara del puente que da al mar, leyesen el ejemplar de las obras completas de Publio Virgilio Marón, que hoy se conserva entre los fondos del Real Observatorio de Marina, si bien por entonces lo pudieron hacer en otros emplazamientos como el Observatorio de Cádiz o sus bibliotecas privadas. «Fue una selección muy apropiada para el lugar que ocupan», aseveró la conferenciante, que explicó el motivo basándose en que en el contenido de la propia Eneida, «un poema de dioses, héroes y grandes hazañas», existe un pasaje en el que la reina Dido es totalmente condescendiente en el ofrecimiento a Eneas de su nueva ciudad, la futura Cartago: «La ciudad que estoy levantando es vuestra. Sacad a tierra vuestras naves».

Para Rodríguez de Lema, resulta «insólito que la entrada por mar a una población militar como San Carlos esté presidida, en el siglo XVIII, por una frase pronunciada en la Eneida por un personaje femenino», aseveró la conferenciante, lo que demuestra que los hombres de la ilustración isleña «se adelantaron en cierto modo en el tiempo en cuanto a la falta de prejuicios hacia el sexo contrario». Así mismo, afirmó que la idoneidad de la frase también se basa en el sentido aperturista hacia quienes podían llegar a La Isla desde el mar y la necesidad de un gentil llamamiento a estas personas a la hospitalidad del lugar y a participar de la construcción de este nuevo emplazamiento como era San Carlos.

El segundo ejemplo epigráfico que expuso María Elena Martínez Rodríguez de Lema fue la puerta del mar del Arsenal de la Carraca, obra borbónica de la primera mitad del siglo XVIII. También perteneciente a ‘La Eneida’, el texto lo puso Virgilio en boca de Anquises, padre de Eneas, representado como un anciano venerable con la voz de la experiencia, «sin que se olvide que es un semidios que debe cumplir su destino». No obstante, la leyenda de la puerta carraqueña es una adaptación de estos versos, cambiando dos palabras. Para hallar el sentido exacto de esta expresión, la disertadora partió del verso original («Tu regere ymperio populos romane memento«-«Tú, romano, acuérdate de gobernar los pueblos con tu autoridad«) comparándolo con el actual («Tu regere ymperio fluctus hispane memento«), para llegar a la conclusión de su traducción al castellano tras analizar el sentido y el énfasis en cada una de sus palabras: «Tú, español, acuérdate de gobernar los mares con autoridad», frase que, a juicio de la conferenciante, son palabras de paz, ajenas al dominio imperial bélico, «ya que, en los versos sucesivos de La Eneida, Anquises expone la manera acertada de gobernar: con la paz, concediendo favores a los humildes y combatiendo a los soberbios».

Con el llamamiento a «tocar las piedras» y sentir lo que son capaces de decirnos, «porque si hablaran lo harían con el lenguaje de los dioses», María Elena Martínez Rodríguez de Lema finalizó su conferencia. Magistral.

Premio Puente Zuazo

La Real Academia de San Romualdo de Ciencias, Letras y Artes hizo entrega, el 26 de noviembre, del XLV Premio del Concurso de Cuentos ‘Puente Zuazo’, fallado el pasado junio y al que optaron finalmente un total de 164 trabajos procedentes de 31 provincias españolas y de países como Argentina, Francia, Holanda y Suecia.

Así lo comunicó la secretaria general de la institución académica, Adelaida Bordés, en la lectura del acta como prolegómeno de la intervención del autor del cuento ganador, que resultó ser Francisco Javier Fernández Pérez, de Alicante. El autor asistió al acto para recibir el premio de manos del presidente de San Romualdo, José Enrique de Benito Dorronzoro, después de que el presidente del jurado nombrado para fallar esta edición, José Carlos Fernández Moreno, diera lectura del acta del fallo.

Lo acompañaron en su labor de seleccionar el mejor relato Purificación Montero-Galvache López-Orihuela, Licenciada en Derecho y presidente de la Fundación Escritor Montero Galvache, de Sevilla, Jesús Maeso de la Torre, Doctor en Filosofía e Historia por la Universidad de Cádiz.

‘Disonancia del abismo’ es el título del cuento ganador de uno de los concursos de relatos más prestigiosos del panorama nacional y que este año ha alcanzado su cuadragésimoquinta edición. El escritor alicantino basa su obra en el drama que envuelve a Elena, una mujer que cumple cada tarde con el ritual de hacer sonar su violín, afectada por la muerte de su hija Olga desde el momento en el que sucedió.

 

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN