Definitivamente los políticos nos han tomado por tontos. A mí, a usted que me lee y a todos los locos que habitan en este manicomio. De golpe hemos recibido, y seguro que usted también, un parte de alta sin que nos conste haber estado de baja. Es muy raro, porque aquí estamos locos de remate, pero no estamos enfermos, que yo sepa. Sin embargo el parte de alta viene de los Servicios Económicos de la Diputación Provincial de Cádiz y nos mete con vaselina, aunque en plan borde y rebuscado, una tasa de la basura que no viene ni a tiempo ni a cuento. Pero, como ellos son muy humanitarios y nosotros muy tontos, nos van a meter ahora dos banderillas (perdón por la metáfora) que corresponden a los años 2016 y 2017, y para el año que viene otras dos que corresponderán a los años 2018 y 2019. Y ya, cuando el toro esté rendido, en el 2020 te la dejan ya metida para los restos (se entiende la tasa). No sabemos si darles las gracias o acordarnos de los que ya no pueden hablar ni comer. Además, para más cachondeo, adjuntan una carta del Consorcio para la Gestión de Residuos Sólidos Urbanos de la Provincia de Cádiz (dicho más basto: los encargados de la basura) que lleva fecha 16 de enero de 2019. Es decir, el día 5 de julio de 2019 nos llega una carta, fechada el día 16 de enero de 2019, o sea, hace casi 6 meses que se escribió. Algo grave debe estar ocurriendo en Correos, pero tanto tiempo para llegar una cartita desde Cádiz hasta aquí me parece demasiado para el cuerpo. Siempre Correos ha sido muy eficiente, pero parece que algo está empezando a fallar. Eso tiene que tener otra explicación o vamos a tener que pensar que los funcionarios de Correos son más flojos que las cortinas. Puede ser que los políticos que nos han echado la cartita hayan pensado que en enero el atraco no venía bien a la causay que ahora es el momento oportuno para entrar a matar (perdón por esta otra metáfora), porque ya han pasado las elecciones municipales, y los tontos ya no pueden hacer más que aguantar y esperar otros 4 años para reaccionar. Hay que reconocer que los políticos que tenemos son listos; no inteligentes, porque la inteligencia impide que nadie tome a otro por imbécil así por las buenas de manera tan burda.
En esa carta nos cuentan el cuento de nunca acabar; para resumirla, que a los políticos les ha costado mucho esfuerzo implantar esa tasa y que llevan dándole vueltas desde el 2014. Siguen tomándonos por tontos, porque, cuando se quiere, se aceleran las cosas. ¿Acaso no es verdad que ellos han tardado cuatro días escasos en subirse los sueldos a ellos mismos? No les importa, porque todo esto lo pagan los tontos de turno. ¿Y sabe usted quiénes somos esos tontos? No mire para otro lado. Somos usted y el resto de gaditanos que como usted estamos indignados con este puntillazo hecho con tan poquita clase (vuelva a perdonar otra metáfora).
Pues bien, en el manicomio nos hemos reunido y pensamos reclamar a ver si inundamos de papeles la Diputación. Además, vamos a pedir que, aunque para los políticos ya está demostrado que somos tontos, nos dejen votar otra vez, porque ahora tenemos más datos en la mano. Y por pedir que no quede, pero, aprovechando el momento, a ver si también a nosotros nos dan de alta y podemos salir de aquí para correr a babuchazos a tantos listos como circulan por ahí fuera.
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