El presiente estadounidense, Barack Obama, anunciará este miércoles que el vicepresidente, Joe Biden, encabezará los esfuerzos para proponer políticas que aborden la violencia con armas en el país, tras la polémica suscitada por la masacre de 26 personas, entre ellas 20 niños, en una escuela primaria de Connecticut la semana pasada.
No está previsto que Obama anuncie políticas concretas, sino que presente el proceso mediante el cual su Administración dará pasos hacia delante en esta materia, según fuentes de la Casa Blanca.
El presidente ya ha recurrido a Biden en el pasado para que asuma un papel en iniciativas políticas de alto perfil, como los esfuerzos para lograr un compromiso de reducción del déficit con los republicanos en 2011.
La misión de Biden, coordinar un proceso entre agentes gubernamentales para formular políticas tras la matanza de Newtown, se produce días después de un hecho que ha generado peticiones de mayores esfuerzos para reducir el uso violento de armas entre amplios sectores de la sociedad.
La masacre de Connecticut fue el cuarto tiroteo con varias víctimas en el país este año. Durante su visita a Newtown el domingo, Obama defendió la necesidad de actuar para cambiar el modo en que se afronta este problema y en concreto la tenencia de armas. Así, dijo que empleará "todos los poderes" de su cargo para impedir que este tipo de tragedias se repitan.
Sin embargo, el control de las armas ha sido una prioridad secundaria para la mayoría de los políticos del país debido a la popularidad que la tenencia de armas tiene en Estados Unidos y al poder que tiene la Asociación Nacional del Rifle, el poderoso 'lobby' de la industria armamentística.
El derecho reconocido en la Constitución a la tenencia de armas es considerado por muchos estadounidenses como inamovible e incluso ante tragedias como la reciente, los políticos no han dado pasos específicos para limitar el acceso a armamento.
Este martes, la Casa Blanca enumeró algunas medidas para controlar las armas que Obama podría apoyar. Así, su portavoz, Jay Carney, dijo que el presidente respaldaría los esfuerzos de la senadora Dianne Feinstein de restaurar la prohibición sobre las armas de asalto.
Asimismo, Obama sería partidario de cualquier ley que cierre el agujero relativo a la venta de armas en 'shows'. Según Carney, el presidente también está interesado en esfuerzos para limitar el acceso a cargadores de gran capacidad de munición.
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