La presidenta del Consejo de Estado y de la Fundación Mujeres por África, María Teresa Fernández de la Vega, ha dicho este viernes que las mujeres tienen que ser "portadoras de democracia" y trabajar por ella en el espacio privado y el público.
Durante su intervención en un programa de emprendimiento de estudiantes africanas y de la Universidad de Málaga (UMA), Fernández de la Vega ha subrayado que son las mujeres quienes tienen que defender "con más ahínco" el sistema democrático porque también son ellas las que tienen más que perder.
A su juicio, todos los sistemas totalitarios "esclavizan a las mujeres" y por ello el mundo "necesita más que nunca a las mujeres en el poder".
"Solo con la incorporación de todas las mujeres a los espacios donde se decide, se resuelve y se fija el rumbo y el modelo político y económico de un país tendremos la oportunidad de superar los tremendos desafíos que plantea nuestro tiempo", ha dicho la exvicepresidenta del Gobierno.
En este sentido, ha explicado que hoy vivimos en un mundo en el que proliferan las amenazas, algunas viejas como el retorno de la Guerra Fría y sus desconfianzas y "otras más nuevas como las políticas del odio hacia el otro, de la desconfianza al desconocido, o la desigualdad económica desbocada".
Fernández de la Vega ha destacado que peligros como los nuevos populismos o la manipulación de la información en la era digital "deberían encabezar" la lista de riesgos de la agenda mundial porque "apuntan directamente" a los pilares de la democracia.
En esta iniciativa, que reúne a alumnas africanas y españolas para debatir sobre aspectos relacionados con el liderazgo femenino, la presidenta de Mujeres por África ha animado a las jóvenes a luchar por una posición que a las mujeres se les ha "arrebatado" durante siglos.
"Tenemos que ejercer el liderazgo por nuestro bien, pero también por el bien común, porque equilibrar la balanza entre hombres y mujeres no puede sino mejorar las cosas", ha apuntado.
Por ello, ha elogiado la iniciativa por ser un espacio en el que "remover cualquier resquicio de sumisión, resignación y sometimiento", un espacio "para la libertad y la realización de las propias expectativas" porque -como ha reivindicado- "el liderazgo empieza en una misma".
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