Una de cada cuatro personas padece alguna enfermedad mental a lo largo de su vida. De la reclusión y el internamiento en los manicomios del pasado, se ha pasado a la visibilidad e integración en la sociedad actual. Aunque el camino “todavía es muy largo”, según aseguró ayer Miguel Díaz Acosta, presidente de la Asociación de Familiares y Personas con Enfermedad Mental en la presentación de la muestra “Del horror a la vida” que repasa en el Patio de Banderas del Ayuntamiento a través de instantáneas los últimos cincuenta años de la historia de la salud mental en Málaga. Las fotografías, de 1960 a 2012, ilustran el brutal cambio experimentado en la sociedad.
De los cuartos compartidos, letrinas inmundas y cuartos de fuerza, retratadas en las famosas salas 2o y 21 del Hospital Civil, a los tímidos acercamientos a celebraciones, como San Juan o Carnaval, hasta llegar a la naturalidad de los centros de día, talleres ocupacionales y actividades integradoras de hoy en día.
El cierre de manicomios
Un trayecto que costó huelgas de hambre en 1977 y reivindicaciones en el 78 a las puertas del hospital pidiendo reformas. Lo recuerda un rótulo: “Gracias a aquellos que vieron más allá de la locura”. La reforma psiquiátrica de 1984 supuso un antes y un después y allanó el terreno hacia la modernidad con infraestructuras y equipos que vino después. Aunque la capital, como el resto, sufrió aquella transición, tal y como recuerda Díaz: “Al cerrar los manicomios muchos quedaron en la calle, sin recordar a familiares ni tener dónde ir, aún no había instalaciones preparadas”.
Un cartel con forma de flecha nos dirige la mirada hacia una vieja foto de un joven, apoyado en un tresillo. El manicomio con cuatro paredes se ha convertido, tal y como lamentaba ayer la edil de Accesibilidad Medioambiental Paqui Bazalo, en uno mental en la sociedad que aún sigue lastrando a quienes padecen la enfermedad mental. La popular apuesta por la formación y la información de la sociedad y el núcleo familiar para no esconder la enfermedad como antes.
Los retos
Díaz tiene claro que hay que echar la vista atrás “para saber de dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde caminamos”. Afenes, que este año celebra su 25 aniversario, se ha propuesto el firme reto de informar a la sociedad para promover la sensibilidad que acabe con la marginación, exclusión y abandono que todavía muchos enfermos sufren.
“La sociedad todavía no tiene suficiente conocimiento de qué es la enfermedad mental, sólo con más información seremos capaces de ver que es una especialidad más, como otra cualquiera”, defendió. Campañas institucionales como “Del loco al ciudadano” persiguen acabar con estos falsos mitos. En Málaga encontramos además un colectivo que trata de combatirlos, la Plataforma de Lucha contra el Estigma de las Personas con Enfermedad Mental.
El aumento de los recursos sanitarios para atender a los pacientes afectados, evitar la masificación de los centros y hacer hincapié en las campañas de sensibilización son las grandes líneas de trabajo, marcadas en rojo en la agenda de Afenes. “El enfermo mental es una personal normal, que puede estudiar, tener un trabajo, una familia.... nosotros desde Afenes no pararemos, seremos incansables para luchar por la normalidad”, avanzó el presidente. En éste como en otros muchos casos, una imagen vale más que mil palabras.
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