La propuesta de Proyecto de Convenio suscrito entre el Ayuntamiento de Sevilla y Altadis, actualmente en información pública, constituye la plasmación literaria y gráfica de lo que podemos entender como un caso de recalificación especulativa de libro: Tenemos a una empresa multinacional con beneficios que decide deslocalizar una industria centenaria, íntimamente ligada a la historia de Sevilla, para llevarla a algún otro país de más barata o indefensa mano de obra.
De la noche a la mañana se cierra la fábrica, dejando en la calle a sus trabajadores. Aunque el Plan General le otorgó una calificación y tratamiento similar a otros establecimientos fabriles de la ciudad, ello no debió colmar las expectativas crematísticas de sus gestores, que han optado por una suerte de resistencia pasiva frente a los intereses de los ciudadanos, dejando los edificios vacíos y abandonados a la espera de que, la simple imagen de degradación en un lugar tan cualificado de Sevilla y junto a su río, “ablande” a los responsables municipales hasta el punto de terminar ofreciéndoles unas sustanciosas rentabilidades comerciales. A la vista del convenio suscrito hay que pensar que han colmado sobradamente sus expectativas.
El primer paso de toda recalificación que se precie es cambiar el uso previsto en el PGOU (en este caso Dotacional/Industria Singular) por otro más rentable (Terciario: oficinas, comercios, hoteles) y así se ha hecho. Con eso se destruye un suelo y unos edificios capaces de albergar unas actividades productivas cada vez más escasas en Sevilla, a cambio de más tiendas, bares, etc.
El segundo paso es aumentar abusivamente la edificabilidad lucrativa: de 20.811 m2 permitidos por el PGOU a 39.266 m2 (casi el doble) que fija el Convenio. De este generoso incremento se beneficia también el Ayuntamiento que recibe dos parcelas de uso terciario, de 2 y de 7 plantas de altura y con una edificabilidad lucrativa de 8.176 m2 que podrá luego vender al mejor postor.
En estos procesos de recalificación especulativa, la existencia de edificios catalogados es siempre un estorbo y, en este caso todos (11) lo están. Es posible que alguno de ellos esté sobrevalorado, algo que no podemos apreciar al ser desconocidos para el común de los sevillanos pero ¿no es excesivo proponer el derribo de 9 de ellos? Es una obligación moral de quien pretenda esa descatalogación y derribo masivo justificarlo exhaustivamente para convencernos de la lógica de la actuación.
En algún caso advertimos falta de sensibilidad patrimonial cuando, por ejemplo, el Ayuntamiento propone demoler el edificio de viviendas de jefes e ingenieros, para levantar en el mismo solar otro de igual altura y similar superficie.
Por último no sería una recalificación especulativa canónica si no se afectaran las zonas verdes. En este momento existen dos espacios de zonas verdes y jardines en la zona, con vegetación y arbolado.
En el interior de la parcela fabril, localizados en su lindero occidental, existen un total de 9.324 m2 calificados como zona verde en el PGOU y con abundantes plantaciones. Sobre parte de ellos se ha trazado una innecesaria calle de nueva formación y se pretende construir, además, un nuevo edificio municipal de equipamiento: ¿no sería más lógico y barato respetar las plantaciones y rescatar del derribo algún otro edificio para este uso?.
Si la zona verde del interior puede quedar reducida a menos de la mitad, peor es el destino de la exterior lindante con la fábrica: los Jardines de Manuel Arellano están condenados a desaparecer en su práctica totalidad para permitir la edificación allí de un bloque de 7 plantas de comercios y oficinas.
Esto supone la pérdida de todo su numeroso arbolado, en particular de la docena de esbeltas palmeras y, especialmente de la pantalla vegetal que forman los imponentes eucaliptos linderos con la fábrica que conforman la imagen urbana más característica de toda la zona.
Para ¿compensar? tan irreparable pérdida el convenio propone dos nuevas zonas supuestamente verdes: una muy estrecha entre los 2 bloques más altos y otra en parte de la actual calzada de Juan Sebastián Elcano, espacios que nunca podrán ajardinarse porque bajo ellos se encuentran sendos aparcamientos subterráneos. Sobran más comentarios.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es