La tribuna de El Puerto

El lado solidario de las Hermandades

Una gran parte de estos beneficios van para obras de caridad que, en algunos casos,como el de alguna Hermandad de Sevilla, llegan a paliar el hambre de barrios

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Francisco Aurelio Dávila Rosso

Sabemos que el nuevo Gobierno de España está muy por la labor de suprimir el "privilegio", de las entidades relacionadas con la iglesia católica de no pagar impuestos. Esto, a simple vista, parece justo, pero ¿ A qué se dedican  realmente los beneficios de la actividades económicas que realizan dichas entidades? Cito por ejemplo el caso de la Hermandad de la Vera Cruz de El Puerto de Santa María.

Todos conocemos las dificultades económicas que ha atravesado esta hermandad y los obstáculos que se ha encontrado en el intento de sanear sus cuentas haciendo frente a una deuda que arrastraba de una junta de gobierno anterior a la actual.

Podría parecer que es lógico que una entidad, independientemente de su naturaleza, se vea obligada a aportar una parte al estado pero, esta visión se da porque a veces se desconoce el gran trabajo solidario que hay detrás por parte de estos organismos que contribuyen a la disminución del hambre en nuestro país, al la integración social de los colectivos en riesgo de exclusión y al enriquecimiento cultural de cada localidad. Sirvan como ejemplo, las tres últimas actividades de la hermandad de la cual os hablo.

Esta hermandad organizó y celebró durante la festividad navideña en los meses de diciembre y enero , un concierto de Navidad, un Belén Viviente y un Roscón Solidario. De las tres actividades mencionadas, los beneficios de dos de ellas, fueron en gran parte destinados a Cáritas Parroquial y los del otro a la contribución de la venta de productos de las Hermanas Clarisas Capuchinas.

Algunos podrían pensar que todas las ganancias económicas, de las actividades que organizan las hermandades y cofradías se emplean para cubrir los gastos de la salida procesional de sus Titulares del año en curso o posterior, pero esa no es la realidad. Una gran parte de estos beneficios van para obras de caridad que, en algunos casos,como el de alguna Hermandad de Sevilla, llegan a paliar el hambre de barrios enteros.

Es por tanto injusto que entidades que, por solidaridad y por creencia religiosa, aportan tanto a la sociedad y a los desfavorecidos, tengan que verse ahora en la obligación de tener que dar al estado una parte de los beneficios que obtengan en sus actividades comerciales y no se tenga en cuenta que dichas actividades se hacen en el cien por cien de los casos, por personas no remuneradas que "de buena fé" tienen a bien colaborar aportando su tiempo y dedicación.

En definitiva, que la iglesia pese a lo mucho que tiene, es a su vez también la que más aporta en cuanto al día a día de la vida en los barrios, etc., y eso debería ser tenido en cuenta a la hora de gobernar, puesto que recortar, exigir o presionar a la iglesia es sinónimo, aunque algunos no lo quieran creer, de recortar del pan de los pobres.

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