Pedro Sánchez es el líder/líder, el dirigente que todo partido político busca para encabezar su cartel electoral, y por eso la oposición, sobre todo el Partido Popular (PP), lo ataca de una manera febril, sabedores de que, si Sánchez cae, transcurrirá mucho tiempo hasta que los socialistas hallen un liderazgo semejante. Sánchez, efectivamente, no solo es el secretario general del PSOE, sino que parece el principal dirigente de los partidos que integran el denominado ‘bloque de la investidura’. Ha proyectado, además, su figura hacia Europa con un brillo inesperado. Sánchez, por convicción, es el presidente del Gobierno español más europeísta desde Felipe González, que incluso obtuvo el prestigioso premio Carlomagno. Sánchez irrumpió reivindicativo en Bruselas en 2020 durante los peores momentos de la pandemia y España fue uno de los países de la UE que mayores ingresos obtuvo para paliar los daños económicos producidos por el coronavirus. El periodista Eric Juliana se ha preguntado irónicamente en la tertulia radiofónica de ‘Hora 25’: “¿Está enamorada Ursula Von der Leyen de Pedro Sánchez?” Y él mismo se respondió: “No lo sé”. Europa tiene un atractivo especial para algunos presidentes, no en el caso de Mariano Rajoy, claro, que ni siquiera dominaba el inglés, pero Felipe González en la recta final de su mandato pareció incluso abrurrido de los asuntos españoles y proyectado únicamente hacia Europa.
La derecha y la derechona han enfocado las inminentes elecciones municipales como el camino más corto para “derogar el sanchismo”. Pero estos comicios son “para hablar de las farolas”, como repetía en 1995 Pedro Rodríguez, exalcalde de Huelva. Lo ha escrito Natalia Junquera en ‘El País’: “El discurso público de la precampaña y la campaña electoral ha reducido el 28M a una especie de plebiscito sobre Pedro Sánchez, una suerte de encuesta previa al plato fuerte: las generales”.
El citadísimo Francisco Umbral se refería al PSOE de F.G. como “los psocialistas”, con esa ‘p’ delante que ejercía como muro de contención o cortafuegos del auténtico socialismo, y Julio Anguita insistía en sus mítines en la idea de que el PSOE y el PP eran lo mismo, hasta que Pedro Sánchez arrancó esa molesta ‘p’ ideológica y devolvió al socialismo a su lugar en la izquierda del tablero político. Eso ha provocado enorme malestar en algunos sectores. Alberto Núñez Feijóo se ha referido mucho estos días a ETA a propósito de las listas de Bildu. Pero ya lo escribió el gran poeta José Hierro: “El hombre es fuego y es lluvia / lo hace el odio y el perdón”.
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